Y ahí se quedan ustedes, indefensos y abandonados como si fueran una de esas chozas inútiles que usan los vigilantes en el campo luego de terminada la cosecha, pero cuando el producto de la cosecha ya ha sido saqueado y robado.
Jeremías 6:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Indefensa como doncella eres Jerusalén, bella y delicada como pradera. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Destruiré a la bella y delicada hija de Sion. Biblia Nueva Traducción Viviente Oh Jerusalén, tú eres mi hija hermosa y delicada, ¡pero te destruiré! Biblia Católica (Latinoamericana) No te comparabas con una deliciosa pradera, hija de Sión;' La Biblia Textual 3a Edicion ¡A la hermosa y deleitable, He reducido al silencio, a la hija de Sión! Biblia Serafín de Ausejo 1975 A la hermosa y delicada, a la hija de Sión voy a destruir. Biblia Reina Valera Gómez (2023) A mujer hermosa y delicada he comparado a la hija de Sión. |
Y ahí se quedan ustedes, indefensos y abandonados como si fueran una de esas chozas inútiles que usan los vigilantes en el campo luego de terminada la cosecha, pero cuando el producto de la cosecha ya ha sido saqueado y robado.
Entonces escuché un gran llanto y gemidos, como de parturienta primeriza. ¡Es el clamor de mi pueblo jadeante que suplica socorro, vencido por el enemigo!
El Señor oscureció a Sion, pues su enojo era como una nube oscura; acabó con la hermosura de Israel hasta volverla nada. En el día de su enojo, ni siquiera se acordó de la posición de privilegio que goza esta ciudad.
¿Hubo alguna vez en toda la tierra un dolor tan grande como el tuyo? Dime, Jerusalén, ¿con qué compararé tu angustia? ¿Cómo podré consolarte, pura y bella Jerusalén? Porque tu angustia es tan grande como el mar. ¿Quién podrá curarte?
Los que antes comían las comidas más costosas están ahora mendigando por las calles por cualquier cosa que puedan llevarse a la boca. Los que vivían con todo lujo en sus palacios, ahora revuelven los basureros en busca de comida.
La mujer más tierna y delicada de tu pueblo, que no se habría atrevido a posar su pie desnudo en tierra, no querrá compartir su comida con el esposo que ama, ni con su hijo, ni con su hija. Esconderá de ellos la placenta y el bebé que acaba de nacer a fin de comérselo ella sola. Tan terrible será el hambre que habrá en el sitio y la terrible angustia causada por tus enemigos en tus puertas.