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Jeremías 42:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Entonces le dijeron a Jeremías: ―Caiga sobre nosotros la maldición de Dios si rehusamos obedecer en todo lo que nos mande hacer.

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Taispeáin Interlinear Bible

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Biblia Reina Valera 1960

Y ellos dijeron a Jeremías: Jehová sea entre nosotros testigo de la verdad y de la lealtad, si no hiciéremos conforme a todo aquello para lo cual Jehová tu Dios te enviare a nosotros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Ellos dijeron a Jeremías: —¡Que el Señor tu Dios sea fiel testigo contra nosotros si rehusamos obedecer todo lo que él nos diga que hagamos!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Ellos, a su vez, dijeron a Jeremías: 'Que Yavé sea un testigo fiel y sincero, que declare contra nosotros si no hacemos exactamente todo lo que Yavé, tu Dios, nos mande a decir por medio de ti.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Ellos dijeron a Jeremías: ¡Sea YHVH entre nosotros por testigo fiel y verdadero! Juramos obrar conforme a todo aquello para lo cual YHVH tu Dios te envíe a nosotros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Ellos dijeron a Jeremías: 'Que Yahveh sea contra nosotros testigo verídico y fiel, si no obramos en todo de acuerdo con la orden que Yahveh, tu Dios, te transmita para nosotros.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y ellos dijeron a Jeremías: Jehová sea testigo entre nosotros de la verdad y de la lealtad, si no hiciéremos conforme a todo aquello para lo cual Jehová tu Dios te enviare a nosotros.

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Jeremías 42:5
17 Tagairtí Cros  

Y si tú tratas con rudeza a mis hijas, o si tomas otras esposas, yo no lo sabré, pero recuerda que Dios sí lo verá y será testigo de lo que hagas.


Y le dijeron a Moisés: ―Dinos lo que Dios diga, y nosotros obedeceremos. Pero que no nos hable Dios en forma directa, pues moriremos.


»No usarás el nombre del Señor tu Dios en vano ni en forma irreverente. No dejaré sin castigo a quien se atreva a usar mi nombre sin el debido respeto.


Si van, pagarán con la vida. Porque sin sinceridad me enviaron a consultar al Señor y dijeron: “Dinos lo que el Señor mande y lo haremos”.


Azarías, hijo de Osaías, y Johanán, hijo de Carea, y todos los otros hombres orgullosos le dijeron a Jeremías: ―¡Mientes! ¡El Señor nuestro Dios no te ha mandado que nos digas que no vayamos a Egipto! Baruc, hijo de Nerías, te ha puesto contra nosotros y te ha dicho que nos digas esto para que nos quedemos acá y seamos muertos por los babilonios o llevados cautivos a Babilonia.


De modo que Johanán y todos los jefes guerrilleros y todo el pueblo se negaron a obedecer al Señor y quedarse en Judá.


¡Y es que ustedes mienten hasta cuando juran!


¡Atención, todos los pueblos de la tierra! ¡Escuchen bien, habitantes de esta nación! Dios el Señor, desde su santo templo ha hecho acusaciones contra ustedes.


Y todavía se atreven a preguntar: «¿Por qué nos ha abandonado Dios?». Les diré por qué: Porque el Señor ha visto que ustedes no han cumplido su compromiso con aquellas mujeres con quienes se casaron cuando eran jóvenes.


«Dentro de poco tiempo vendré y los juzgaré. Testificaré prontamente contra los hechiceros, contra los adúlteros, contra los mentirosos, contra los que roban a sus jornaleros, contra los que oprimen a las viudas y a los huérfanos, y contra los que son injustos con los extranjeros, sin tener temor de mí. Lo digo yo, el Señor Todopoderoso.


Dios sí sabe cuántas veces, de día y de noche, los llevo en oración ante aquel a quien sirvo con todas mis fuerzas dando a conocer a otros las buenas noticias del Hijo de Dios.


y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, que fue el primero en levantarse de entre los muertos y que tiene autoridad sobre todos los reyes de la tierra. Al que nos ama y derramó su sangre para libertarnos de nuestros pecados,


»Escríbele al ángel de la iglesia en Laodicea: Este mensaje te lo envía el Amén, el testigo fiel y verdadero, el origen de toda la creación de Dios.


―Te lo juramos —respondieron—. Lo prometemos con un juramento solemne.


―El Señor y el rey que ha ungido son mis testigos —declaró Samuel— de que no pueden acusarme de haberles robado. ―Sí, son testigos —contestaron.


Finalmente, Jonatán le dijo a David: ―Consuélate porque nos hemos jurado fidelidad delante de Dios y el será quien nos juzgue siempre, a nosotros y a nuestros descendientes. Entonces se separaron. David se fue por su camino y Jonatán regresó a la ciudad.