Pero esa noche Dios se le apareció a Abimélec en sueños, y le dijo: ―Eres hombre muerto, porque la mujer que tomaste tiene marido.
Génesis 41:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Y estas siete espigas delgadas devoraron a las siete espigas gruesas y llenas. Cuando el faraón despertó nuevamente se dio cuenta de que todo había sido un sueño. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 y las siete espigas menudas devoraban a las siete espigas gruesas y llenas. Y despertó Faraón, y he aquí que era sueño. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Entonces las espigas secas se tragaron a las siete robustas y bien formadas! El faraón volvió a despertarse y se dio cuenta de que era un sueño. Biblia Católica (Latinoamericana) y estas espigas pequeñas y quemadas por el viento se tragaron a las siete granadas y repletas. Se despertó Faraón, y se dio cuenta que era un sueño. La Biblia Textual 3a Edicion Y las siete espigas menudas devoraban a las siete espigas llenas y gordas. Y Faraón despertó. Había sido un sueño. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Las siete espigas menudas devoraron a las siete espigas gruesas y llenas. Entonces se despertó el Faraón. Todo fue un sueño. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y las siete espigas delgadas devoraban a las siete espigas gruesas y llenas. Y despertó Faraón, y he aquí que era sueño. |
Pero esa noche Dios se le apareció a Abimélec en sueños, y le dijo: ―Eres hombre muerto, porque la mujer que tomaste tiene marido.
Una noche José tuvo un sueño y se lo contó de inmediato a sus hermanos, lo que hizo que estos lo odiaran aún más.
De repente, de la caña salieron otras siete espigas, pero estas eran delgadas y estaban vacías y las marchitaba el viento que venía del desierto.
Al día siguiente, al acordarse de los sueños se sintió bastante preocupado por lo que pudieran significar. Así que llamó a todos los magos y sabios de Egipto, y les contó los sueños. Pero ninguno pudo ni siquiera dar una idea de lo que significaban.
Entonces Salomón despertó y comprendió que había tenido una visión en sueños. Regresó a Jerusalén y entró en el santuario. Y mientras estaba delante del cofre del pacto del Señor, ofreció holocaustos y ofrendas de paz. Luego invitó a todos sus siervos a un gran banquete.