y, en presencia de todos, le respondió a Efrón: ―No, por favor, escúcheme usted. Yo insisto en pagarle el valor de la propiedad. Recíbalo, para que yo pueda enterrar allí a mi esposa.
Génesis 33:19 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Jacob le compró a la familia de Jamor, padre de Siquén, por cien monedas de plata, un pedazo de tierra. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y compró una parte del campo, donde plantó su tienda, de mano de los hijos de Hamor padre de Siquem, por cien monedas. Biblia Nueva Traducción Viviente La parcela donde acampó la compró a la familia de Hamor, el padre de Siquem, por cien monedas de plata. Biblia Católica (Latinoamericana) Compró por cien monedas de plata a los hijos de Hamor, que era padre de Siquem, el pedazo de tierra en que había instalado sus tiendas. La Biblia Textual 3a Edicion Y allí donde había plantado su tienda, compró la parcela del campo° de mano de los hijos de Hamor, padre de Siquem, por cien monedas.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Compró a los hijos de Jamor, padre de Siquén, por cien monedas, la parcela de tierra donde había levantado su tienda. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y compró una parte del campo, donde tendió su tienda, de mano de los hijos de Hamor, padre de Siquem, por cien monedas. |
y, en presencia de todos, le respondió a Efrón: ―No, por favor, escúcheme usted. Yo insisto en pagarle el valor de la propiedad. Recíbalo, para que yo pueda enterrar allí a mi esposa.
―Bueno, señor mío, la tierra cuesta cuatrocientas monedas de plata. Creo que eso es tan poco que no vamos a discutir por ello. Vaya y entierre a su esposa.
Allí edificó un altar y lo llamó El Elohé Israel (Dios es el Dios de Israel).
y llegó a un pueblo samaritano llamado Sicar. Este se encontraba cerca del terreno que Jacob le había dado a su hijo José.
transportaron sus cadáveres a Siquén para enterrarlos en la tumba que Abraham les había comprado a los hijos de Jamor, padre de Siquén.
Los huesos de José que el pueblo de Israel había traído consigo desde Egipto, fueron sepultados en Siquén, en la parcela que Jacob había comprado por cien piezas de plata a los hijos de Jamor, situada en el territorio asignado a las tribus de los hijos de José.
«¿Quién es Abimélec? —gritaba Gaal—. ¿Por qué ha de ser nuestro rey? ¿Por qué hemos de ser sus siervos? Él y su amigo Zebul debieran ser nuestros esclavos. ¡Abajo Abimélec!