Jueces 9:28 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 200828 «¿Quién es Abimélec? —gritaba Gaal—. ¿Por qué ha de ser nuestro rey? ¿Por qué hemos de ser sus siervos? Él y su amigo Zebul debieran ser nuestros esclavos. ¡Abajo Abimélec! Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 196028 Y Gaal hijo de Ebed dijo: ¿Quién es Abimelec, y qué es Siquem, para que nosotros le sirvamos? ¿No es hijo de Jerobaal, y no es Zebul ayudante suyo? Servid a los varones de Hamor padre de Siquem; pero ¿por qué le hemos de servir a él? Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente28 «¿Quién es ese Abimelec? —gritó Gaal—. No es un hijo legítimo de Siquem. Entonces, ¿por qué debemos ser sus siervos? Él no es más que un hijo de Gedeón, y ese Zebul solo es su ayudante. Sirvan a los verdaderos hijos de Hamor, el fundador de Siquem. ¿Por qué tenemos que servir a Abimelec? Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)28 Gaal, hijo de Obed, dijo entonces: '¿Quién es ese Abimelec y qué es Siquem para que estemos a su servicio? Este hijo de Jerubaal y su segundón Zebul servían a los hombres de Hamor, padre de Siquem, ¿y nosotros ahora le serviríamos?' Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion28 Entonces Gaal ben Ebed dijo: ¿Quién es Abimelec y quiénes los siquemitas para que le sirvamos? ¿No es el hijo de Jerobaal y Zebul su lugarteniente? ¡Servid a los descendientes de Hamor, padre de Siquem! ¿Por qué le hemos de servir nosotros? Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 197528 Dijo entonces Gaal, hijo de Ébed: '¿Quién es Abimélec y qué es Siquén, para que les sirvamos? ¿Acaso no es hijo de Yerubaal, y no es Zebul su lugarteniente? Servid a los hombres de Jamor, padre de Siquén. Pero ¿por qué nosotros hemos de servirle a él? Féach an chaibidil |
Cuando los israelitas comprendieron que el rey hablaba en serio y que se negaba a escucharlos, comenzaron a gritar: «¡No queremos que ningún descendiente de David nos gobierne! ¡No tenemos nada que nos una a David, el hijo de Isaí! ¡Que el hijo de David reine sobre su propia familia! ¡Israelitas, regresemos a nuestras casas!». Así que los israelitas se fueron a sus casas. Pero Roboán continuó siendo rey de los israelitas que vivían en las ciudades de Judá.