Para congraciarse con Saray, el faraón trató muy bien a Abram y le regaló ovejas, vacas, esclavos y esclavas, burros y burras, y camellos.
Génesis 30:43 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Como resultado, Jacob se enriqueció mucho, pues llegó a tener muchas ovejas, muchos esclavos, esclavas, camellos y burros. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y se enriqueció el varón muchísimo, y tuvo muchas ovejas, y siervas y siervos, y camellos y asnos. Biblia Nueva Traducción Viviente Como resultado, Jacob se hizo muy rico, con grandes rebaños de ovejas y cabras, siervas y siervos, y muchos camellos y burros. Biblia Católica (Latinoamericana) Y el hombre se hizo muy rico, pues tenía grandes rebaños, muchos servidores y sirvientas, camellos y burros. La Biblia Textual 3a Edicion Y el hombre se enriqueció muchísimo y logró poseer numerosos rebaños, siervas y siervos, y camellos y asnos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Así éste se enriqueció muchísimo y llegó a tener rebaños numerosos, siervas y siervos, camellos y asnos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el varón se engrandeció muchísimo, y tuvo muchas ovejas, y siervas y siervos, y camellos y asnos. |
Para congraciarse con Saray, el faraón trató muy bien a Abram y le regaló ovejas, vacas, esclavos y esclavas, burros y burras, y camellos.
El Señor ha colmado de bendiciones a mi amo, de modo que él es considerado un gran hombre entre la gente de la tierra donde vive. Dios le ha dado grandes rebaños de ovejas y de vacas, además le ha dado una gran fortuna en plata y oro, y muchos esclavos y esclavas, camellos y burros.
Además, estaré contigo y te protegeré dondequiera que vayas, y te traeré de nuevo sano y salvo a esta tierra. ¡Jamás te abandonaré sin haberte cumplido mis promesas!».
De lo poco que tenías has pasado a tener un rebaño inmenso. El Señor te ha bendecido desde que yo llegué. Pero ya es tiempo de que yo trabaje para mi propia familia.
Sin embargo, cuando los animales más débiles se unían, Jacob no colocaba las ramas. De este modo los corderos más débiles eran de Labán, mientras que los fuertes eran para Jacob.
Al tiempo, Jacob se enteró de que los hijos de Labán estaban diciendo: «Jacob se ha ido quedando con todo lo que era de nuestro padre, y por eso se ha hecho rico».
En realidad, de no ser por la gracia del Dios de mi abuelo Abraham, el glorioso Dios de mi padre Isaac, tú me habrías despedido sin abonar un centavo a mi cuenta. Pero Dios vio tu crueldad y mi duro trabajo, y por eso es que se te apareció anoche y te reprendió.
Mira, no soy digno de recibir la más pequeña de las misericordias que me has mostrado una y otra vez, conforme a tu promesa. Cuando salí de mi hogar y crucé el río Jordán, la única posesión que tenía era mi bastón; pero ahora necesito dos campamentos para guardar todo lo que tengo.
Ahora poseo bueyes, burros, ovejas y muchos esclavos y esclavas. He enviado estos mensajeros para que te den la noticia de que regreso, con la esperanza de que tengamos un encuentro amistoso».
Por favor, acepta mis obsequios. Dios ha sido muy misericordioso conmigo y me ha dado muchas riquezas. Tanto insistió Jacob, que al fin Esaú aceptó los regalos.
Luego compré esclavos y esclavas, y otros nacieron en mis propiedades. Crie grandes manadas y rebaños, más que cualquiera de los reyes que me precedieron. Recaudé plata y oro como tributo de muchos reyes y provincias. En el aspecto cultural, organicé coros y orquestas de hombres y mujeres. Y además tuve muchas y hermosas concubinas.
Durante siete años no necesitarán nada más para sus fuegos. No cortarán leña de los campos o bosques, pues estas armas les suplirán todo lo que necesiten. Los israelitas usarán las posesiones de aquellos que abusaron de ellos.
Pero si el sirviente piensa: “Mi señor va a tardar en volver”, y comienza a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y a beber y a emborracharse, se verá en serios problemas.