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Génesis 27:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

―Ya estoy viejo —dijo Isaac—, y en cualquier momento me puedo morir.

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Biblia Reina Valera 1960

Y él dijo: He aquí ya soy viejo, no sé el día de mi muerte.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

—Yo ya soy un hombre viejo —dijo Isaac—, y no sé cuándo moriré.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Prosiguió Isaac: 'Mira que ya estoy viejo e ignoro el día de mi muerte.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Le dijo: He aquí ahora soy viejo, no sé el día de mi muerte,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

'Mira -le dijo-, yo ya soy viejo, y no sé el día de mi muerte.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y él dijo: He aquí ya soy viejo, no sé el día de mi muerte.

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Génesis 27:2
10 Tagairtí Cros  

Toma el arco y las flechas y anda al campo a ver qué puedes cazar para mí.


Cuando se le acercaba el momento de la muerte, llamó a su hijo José y le dijo: ―Júrame solemnemente que harás lo que te voy a pedir. ¡Si de veras me amas, por favor, no me entierres en Egipto!


Entonces Israel le dijo a José: ―Estoy para morir; pero Dios estará con ustedes y los hará volver a Canaán, la tierra de sus antepasados.


No presumas del día de mañana porque no sabes lo que el día traerá.


Haz bien todo lo que emprendas, porque en la muerte, a la cual vas, no hay trabajo, planes, saber ni entendimiento.


Poco antes de esto Ezequías cayó gravemente enfermo y el profeta Isaías, hijo de Amoz, fue a visitarlo y le dio este mensaje del Señor: Pon tus asuntos en orden pues vas a morir; no te restablecerás de esta enfermedad.


Oh Señor, ¿no recuerdas lo fiel que te he sido y que siempre he procurado obedecerte en cuanto has mandado? Y rompió en grandes sollozos.


Así que, ustedes manténganse despiertos, porque no saben cuándo va a regresar el señor de la casa. No saben si volverá al atardecer, a la media noche, al canto del gallo o al amanecer.


¡Pero si ni siquiera saben lo que sucederá mañana! La vida de ustedes es como la niebla que aparece por un momento y luego desaparece.


―¡Por supuesto que tú no lo sabes! —dijo David—. Tu padre sabe perfectamente bien la amistad que nos une, y seguramente ha pensado: “No se lo diré a Jonatán. ¿Para qué afligirlo?”. Pero la verdad es que estoy a un paso de la muerte; lo juro por el Señor y por tu propia alma.