El primero que nació era pelirrojo y tan velludo, que parecía tener un abrigo de piel. Por eso lo llamaron Esaú.
Génesis 27:19 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ―Soy Esaú, tu hijo mayor —dijo Jacob—. Hice lo que me dijiste que hiciera. Este es el guiso que preparé con lo que he cazado. Siéntate y cómelo, para que me bendigas. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y Jacob dijo a su padre: Yo soy Esaú tu primogénito; he hecho como me dijiste: levántate ahora, y siéntate, y come de mi caza, para que me bendigas. Biblia Nueva Traducción Viviente —Soy Esaú, tu hijo mayor —contestó Jacob—. Hice tal como me pediste; aquí está lo que cacé. Ahora levántate y come, para que puedas darme tu bendición. Biblia Católica (Latinoamericana) Y Jacob dijo a su padre: 'Soy Esaú, tu primogénito. Ya hice lo que me mandaste. Levántate, siéntate y come la caza que te he traído. Después me bendecirás. La Biblia Textual 3a Edicion Y dijo Jacob a su padre: Yo soy Esaú tu primogénito. He hecho como me hablaste. Levántate te ruego. Siéntate y come de mi caza, para que me bendiga tu alma. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Le contestó Jacob: 'Soy Esaú, tu primogénito; he hecho como me dijiste. Levántate ahora y siéntate; come de mi caza para que me bendigas'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Jacob dijo a su padre: Yo soy Esaú tu primogénito; he hecho como me dijiste: levántate ahora, y siéntate, y come de mi caza, para que me bendiga tu alma. |
El primero que nació era pelirrojo y tan velludo, que parecía tener un abrigo de piel. Por eso lo llamaron Esaú.
Esaú era el favorito de Isaac, porque le daba de comer de lo que cazaba; pero Jacob era el favorito de Rebeca.
Jacob llevó la bandeja con la comida a la pieza donde estaba su padre. ―¡Padre! —dijo Jacob. ―Aquí estoy, hijo mío. ¿Quién eres tú? —preguntó Isaac.
―Acércate —le ordenó Isaac—. Quiero palparte para estar seguro de que eres mi hijo Esaú.
También la preparó en la forma que a su padre le gustaba y se la llevó. ―Padre —dijo Esaú—, aquí está lo que te he preparado con lo que he cazado. Siéntate y come, para que me des la mejor de tus bendiciones.
Isaac le contestó: ―Tu hermano estuvo aquí, me engañó y se llevó tu bendición.
Luego prepárame un guiso sabroso, como a mí me gusta, y me lo traes para comérmelo. Después de eso te daré mi bendición antes de morir.
Pero el anciano le dijo: ―Yo también soy profeta como tú; y un ángel, por orden del Señor, me dijo que debía llevarte a casa conmigo y darte alimento y agua. Pero el anciano mentía.
Jeroboán le dijo a su esposa: «Disfrázate de manera que nadie pueda reconocer que eres la reina, y anda a consultar a Ahías, el profeta de Siló, el hombre que me dijo que yo sería rey.
Han firmado pacto con la muerte, dicen, y se han vendido al diablo a cambio de su protección contra los asirios. «No podrán tocarnos», dicen, «pues estamos protegidos por uno que los engañará y los burlará».