Y Dios le dijo: «En tu vientre hay dos naciones; dos pueblos divididos desde antes de nacer. Uno será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor».
Génesis 27:13 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ―Que sus maldiciones caigan sobre mí, hijo mío —dijo ella—. Haz lo que te he dicho. Ve a buscar los cabritos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y su madre respondió: Hijo mío, sea sobre mí tu maldición; solamente obedece a mi voz y ve y tráemelos. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero su madre respondió: —¡Entonces que la maldición caiga sobre mí, hijo mío! Tú simplemente haz lo que te digo. ¡Sal y tráeme los cabritos! Biblia Católica (Latinoamericana) Su madre le replicó: 'Tomo para mí la maldición. Pero tú, hijo mío, hazme caso, y ve a buscar lo que te pedí. La Biblia Textual 3a Edicion Pero su madre le respondió: Hijo mío, tu maldición caiga sobre mí. Sólo obedece mi voz, así que ve y tráemelos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Contestóle su madre: 'Sobre mí tu maldición, hijo mío; tú escucha solamente lo que te digo: anda y tráemelos'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y su madre respondió: Hijo mío, sea sobre mí tu maldición; solamente obedece a mi voz, y ve y tráemelos. |
Y Dios le dijo: «En tu vientre hay dos naciones; dos pueblos divididos desde antes de nacer. Uno será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor».
―Entonces prométeme bajo juramento que me cedes tu derecho de primogenitura —insistió Jacob. Esaú hizo el juramento y vendió así sus derechos de hijo mayor al hermano menor.
Jacob siguió las instrucciones de su madre y le trajo los dos cabritos. Su madre preparó un guiso tal como le gustaba a Isaac.
Por eso, hijo mío, haz lo que te voy a decir: Levántate y vete a la casa de mi hermano Labán, que vive en Jarán.
Ahora, hijo mío, préstame atención y haz exactamente lo que yo te voy a decir:
Yo garantizo su seguridad. Si no te lo traigo al regresar, yo llevaré para siempre la culpa delante de ti.
―Gracias, mi señor, rey —contestó ella—. Yo llevaré la culpa si lo critican a usted por ayudarme de esta manera.
Ocozías también anduvo en los malos caminos de Acab, porque su madre lo impulsó a hacer el mal.
Y la turba le respondió: ―¡Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!
―Señor, yo cargo con toda la culpa en esto —dijo postrada a sus pies—. Te ruego que escuches lo que quiero decirte.