Todavía estaba orando, cuando vio que se acercaba una muchacha con su cántaro al hombro. Era Rebeca, la hija de Betuel. Este Betuel era el hijo de Milca y de Najor, el hermano de Abraham.
Génesis 24:50 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Entonces Labán y Betuel contestaron: ―Es evidente que esto es obra del Señor, de modo que en ese caso nosotros no podemos hacer nada. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces Labán y Betuel respondieron y dijeron: De Jehová ha salido esto; no podemos hablarte malo ni bueno. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Betuel y Labán respondieron: —Es evidente que el Señor te trajo hasta aquí, así que no hay nada que podamos decir. Biblia Católica (Latinoamericana) Labán y Batuel respondieron: 'En todo esto está la mano de Yavé, y no tenemos nada que añadir. La Biblia Textual 3a Edicion Y respondiendo Labán y Betuel, dijeron: De parte de YHVH ha salido el asunto. No podemos decirte ni mal ni bien. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Respondieron Labán y Betuel: 'De Yahveh ha salido esto. Nosotros no podemos decirte ni bien ni mal. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Labán y Betuel respondieron y dijeron: De Jehová ha salido esto; no podemos hablarte malo ni bueno. |
Todavía estaba orando, cuando vio que se acercaba una muchacha con su cántaro al hombro. Era Rebeca, la hija de Betuel. Este Betuel era el hijo de Milca y de Najor, el hermano de Abraham.
La muchacha corrió hasta la casa para contarle estas cosas a su familia.
Mire, aquí está Rebeca. Tómela y llévesela, para que sea la esposa del hijo de su amo, tal como el Señor lo ha dispuesto.
Enseguida sacó joyas de plata y de oro y hermosos vestidos para Rebeca, y también les hizo valiosos regalos a la madre y al hermano de ella.
Pero el hermano y la mamá de Rebeca le dijeron: ―Queremos que Rebeca se quede con nosotros unos diez días más. Después de ese tiempo se podrá ir.
y la despidieron con esta bendición: «Hermana nuestra: ¡que seas madre de millones de hijos! ¡Que tu descendencia conquiste las ciudades de sus enemigos!».
Aquella noche Dios se le apareció a Labán, el arameo, en sueños, y le dijo: «¡No te atrevas a tratar mal a Jacob!».
Yo podría causarte bastante daño, pero anoche se me apareció el Dios de tu padre y me dijo: “¡No te atrevas a tratar mal a Jacob!”.
Absalón, por su parte, no le dirigía la palabra a Amnón, pues sentía odio hacia él por lo que le había hecho a su hermana Tamar.
De modo que Roboán no tuvo en cuenta las peticiones del pueblo. Esto estaba de acuerdo con la voluntad del Señor, y de esta forma se cumplió lo que él le había prometido a Jeroboán por medio de Ahías, el profeta de Siló.
Entonces Jesús les preguntó: ―¿Han leído alguna vez en las Escrituras aquello que dice: “La piedra que rechazaron los constructores ha sido puesta como piedra principal. ¡Qué interesante! El Señor lo hizo y es maravilloso”?
Ahora, díganme, si Dios mismo les dio a los gentiles el mismo don que nos dio a nosotros cuando creímos en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para oponerme a Dios?».