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Éxodo 9:28 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Rueguen al Señor que termine este terrible azote, pues ya hemos tenido suficientes truenos y granizo, y yo dejaré salir a su pueblo al instante.

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Biblia Reina Valera 1960

Orad a Jehová para que cesen los truenos de Dios y el granizo, y yo os dejaré ir, y no os detendréis más.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Por favor, supliquen al Señor que ponga fin a este granizo y a estos truenos tan aterradores. ¡Basta ya! Los dejaré salir; no tienen que quedarse más tiempo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pidan a Yavé que cesen esos truenos tremendos y esa granizada, y ya no los detendré sino que los dejaré que se vayan.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Suplicad a YHVH que no haya voces° de Dios ni granizo. Entonces os dejaré partir y no seguiréis retenidos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Orad a Yahveh para que cesen los truenos de Dios y el granizo; os dejaré salir, y no os quedaréis aquí por más tiempo'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Orad a Jehová (porque ya basta) para que cesen los grandes truenos y el granizo; y yo os dejaré ir y no os detendréis más.

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Éxodo 9:28
14 Tagairtí Cros  

―¡Por favor, por favor! —gritaba el rey al profeta—, ruega al Señor tu Dios que restablezca mi brazo nuevamente. Entonces el profeta oró al Señor, y el brazo del rey volvió a la normalidad.


Perdonen mi pecado por última vez, y rueguen al Señor su Dios que aleje de mí esta plaga mortal. Prometo que no les negaré el permiso de salir a adorarlo».


El faraón llamó a Moisés y le dijo: ―Vayan y adoren al Señor, pero dejen sus ovejas y sus vacas aquí. Pueden llevarse a sus hijos con ustedes.


Entonces, el faraón mandó a llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: ―Bien, salgan y adoren al Señor su Dios. Pero necesito que me informen cuántos irán.


El Señor le dijo a Moisés: «Enviaré una plaga más sobre el faraón y su tierra, y después de ella los dejará ir. Es más, él estará ansioso de deshacerse de ustedes y, prácticamente, los arrojará del país.


El faraón inmediatamente llamó a Moisés y a Aarón y les dijo: ―Está bien, vayan y ofrézcanle sacrificios a su Dios, pero háganlo aquí en Egipto. No vayan al desierto.


―Está bien, vayan —respondió el faraón—, pero no se vayan demasiado lejos. Ahora, dense prisa y oren por mí.


El faraón llamó a Moisés y a Aarón y les dijo: ―Rueguen al Señor que quite las ranas, y yo dejaré que su pueblo salga a ofrecerle sacrificio.


Quizá el Señor quiera ayudarnos y realice un gran milagro como en el pasado y obligue a Nabucodonosor a retirar sus ejércitos invasores.


El pueblo acudió a Moisés y llorando le dijo: ―Hemos pecado, al hablar contra el Señor y contra ti. Ora y pídele que eche de aquí estas serpientes. Moisés entonces oró por el pueblo, y


―Oren por mí —suplicó Simón—. No quiero que eso tan horrible me suceda.


―Ora para que no muramos —lloraron delante de Samuel—, porque ahora hemos añadido a todos nuestros pecados el de pedir un rey.