Éxodo 9:17 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Dile que si es que se cree muy grande como para atreverse a desafiar mi poder y a negarle a mi pueblo el permiso para salir. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 ¿Todavía te ensoberbeces contra mi pueblo, para no dejarlos ir? Biblia Nueva Traducción Viviente Pero todavía actúas como señor y dueño de mi pueblo, te niegas a dejarlo salir. Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Y todavía te opones a que salga mi pueblo? La Biblia Textual 3a Edicion ¿Todavía te yergues como una barrera contra mi pueblo para no dejarlos partir? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tú te opones todavía a mi pueblo y no lo dejas partir. Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿Todavía te ensalzas tú contra mi pueblo, para no dejarlos ir? |
Porque su sabiduría es profunda y vasto su poder. ¿Quién logró jamás vencerlo?
pero no lo hice, porque quiero que todos sepan cuán poderoso soy, y para que mi nombre se mencione en todo el país.
También dile que mañana, a esta hora, enviaré una tormenta de granizo que azotará a toda la nación como jamás ha sido azotada.
Pero el Señor dice: «¿Pretenderá el hacha tener más poder que el hombre que la maneja? ¿Será la sierra más importante que el serrador? ¿Podrá la vara golpear a menos que la mano la mueva? ¿Podrá el bordón caminar por sí solo?».
No escuchan cuando tú amenazas, no alzan la vista para ver tu puño levantado. ¡Muéstrales cuánto amas a tu pueblo! ¡Quizá eso los avergüence! ¡Sí, que los consuma el fuego reservado para tus enemigos!
Eso fue por causa de tu ira contra el Señor, ¡y yo lo escuché todo!, por eso te he puesto un gancho en la nariz y una brida en la boca y te he llevado de regreso a tu tierra por el camino en que viniste”».
¡Ay del ser humano que lucha contra su Creador! ¿Acaso discute la vasija con su hacedor? ¿Disputa la arcilla con quien le da forma, diciéndole: «¡Alto, te has equivocado!»? ¿O exclama la vasija: «¡Qué torpe eres!»?
Por tanto el Señor Dios dice: «Por cuanto pretendes que eres tan sabio como Dios,
Pero cuando su corazón y su mente se endurecieron por el orgullo, Dios lo sacó de su trono real y le quitó su gloria,
En aquel mismo instante un ángel del Señor lo hirió con una enfermedad tan terrible que Herodes murió comido por los gusanos. ¡Todo por no darle la gloria a Dios!
¿Qué, pues? ¿Nos arriesgaremos a poner celoso al Señor? ¿Somos más fuertes que él?