Cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó su ropa, y dijo: «¡Este hombre me manda a un leproso para que lo sane! ¿Acaso soy Dios, para matar y dar la vida? ¡Ese rey solo está buscando un pretexto para invadirnos nuevamente!».
Éxodo 4:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ―Si no creen al primer milagro, creerán al segundo —le dijo el Señor—. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Si aconteciere que no te creyeren ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera. Biblia Nueva Traducción Viviente El Señor le dijo a Moisés: —Si no te creen ni se convencen con la primera señal milagrosa, se convencerán con la segunda. Biblia Católica (Latinoamericana) Si no te creen -le dijo Yavé- y no los convence el primer prodigio, te creerán con el segundo. La Biblia Textual 3a Edicion Y sucederá que si no te creen, ni obedecen la advertencia de la primera señal, creerán la advertencia de la última señal. Biblia Serafín de Ausejo 1975 'Así, pues, si no te creen y no te escuchan en virtud del primer prodigio, se convencerán por el segundo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Si aconteciere, que no te creyeren, ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera. |
Cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó su ropa, y dijo: «¡Este hombre me manda a un leproso para que lo sane! ¿Acaso soy Dios, para matar y dar la vida? ¡Ese rey solo está buscando un pretexto para invadirnos nuevamente!».
Moisés le contó a Aarón lo que Dios le había dicho que debían hacer y lo que tenían que decir, y le habló de los milagros que debían hacer en presencia del faraón.
―Hazlo otra vez —le dijo Dios. Cuando Moisés metió la mano y la volvió a sacar, estaba normal, completamente sana.
Si no aceptan el segundo, toma agua del Nilo y derrámala en tierra seca. Tan pronto el agua caiga al suelo, se convertirá en sangre.
¡Nos dice las cosas una y otra vez, renglón por renglón, con palabras tan simples!».
Jesús había hecho muchas señales milagrosas en presencia de ellos, y a pesar de eso, todavía no creían en él.
»”¿No ven que sólo yo soy Dios? Yo hago morir y hago vivir. Yo hago la herida y yo la sano: nadie se escapa de mi poder.
―Si es cierto que vas a ayudarme de esa manera —dijo Gedeón—, haz una señal para probarlo; pruébame que es realmente el Señor quien me está hablando.