Acordamos presentar a Dios nuestros primogénitos, y dar como ofrenda los primeros animales de nuestros ganados, vacunos y ovinos, tal como está escrito en la Ley. Esto lo haríamos a través de los sacerdotes que sirven en el templo de nuestro Dios.
Éxodo 34:19 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 »Todo primer macho es mío: vacuno, lanar y cabrío. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Todo primer nacido, mío es; y de tu ganado todo primogénito de vaca o de oveja, que sea macho. Biblia Nueva Traducción Viviente »El primer nacido de cada animal me pertenece, incluidos los machos de las primeras crías de tus manadas de ganado y de tus rebaños de ovejas y de cabras. Biblia Católica (Latinoamericana) Todo primogénito es mío: todo primer nacido de tus ovejas y de tus vacas que sea macho. La Biblia Textual 3a Edicion Todo lo que abre matriz es mío,° y todo primerizo de tu ganado parido macho, sea buey o carnero. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Todos los primogénitos son míos. Son también míos todos los primogénitos machos de tu ganado mayor y menor. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Todo lo que abre la matriz, mío es; y de tu ganado todo primogénito de vaca o de oveja, que fuere macho. |
Acordamos presentar a Dios nuestros primogénitos, y dar como ofrenda los primeros animales de nuestros ganados, vacunos y ovinos, tal como está escrito en la Ley. Esto lo haríamos a través de los sacerdotes que sirven en el templo de nuestro Dios.
recuerden que todos los primogénitos varones y todo primer macho de animales pertenecen al Señor, así que deben entregárselos.
«El primer hijo de cada familia israelita será consagrado a mí, pues me pertenece. De igual manera las primeras crías de los animales serán para mí».
»Deberán dar el diezmo de sus cosechas y de sus vinos, y el pago de rescate de sus hijos primogénitos.
Las primicias de los primeros frutos y de todas las ofrendas para el Señor irán también a los sacerdotes. Las primeras muestras de cada cosecha de granos también serán donadas a los sacerdotes, para que el Señor bendiga sus hogares.
Así lo hicieron para cumplir con la ley del Señor, que dice: «Siempre que el primer hijo sea varón, deberán dedicárselo al Señor».