Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Éxodo 3:11 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

―Pero, yo no soy la persona adecuada para esta tarea —le dijo Moisés a Dios.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Pero Moisés protestó: —¿Quién soy yo para presentarme ante el faraón? ¿Quién soy yo para sacar de Egipto al pueblo de Israel?

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Moisés dijo a Dios: '¿Quién soy yo para ir donde Faraón y sacar de Egipto a los israelitas?'

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Respondió Moisés a ’Elohim: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Dijo Moisés a Dios: '¿Quién soy yo para ir al Faraón y sacar de Egipto a los israelitas?'.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo, para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Éxodo 3:11
13 Tagairtí Cros  

Entonces David entró a la carpa donde estaba el cofre y se sentó delante del Señor, y le dijo: «Mi Señor y Dios, ¿por qué me has engrandecido, si yo y mi familia somos tan insignificantes?


»Señor, Dios mío, ahora tú me has hecho rey en lugar de David, mi padre, pero soy como un niño que no conoce el camino que ha de seguir.


Dame sabiduría, para poder gobernar bien a tu pueblo y para tener un buen discernimiento de lo que es bueno o es malo. Porque, ¿quién con su propia capacidad puede cargar con una responsabilidad tan grande?


Pero, ¿quién soy yo y quién es mi pueblo para que se nos permita darte cosas? ¡Todo lo que tenemos ha venido de ti, y sólo te damos lo que ya es tuyo!


―Pero, si ni siquiera mi propio pueblo quiso oírme, ¿cómo puedo esperar que el faraón me oiga? Yo no tengo el poder de convicción —objetó Moisés.


«¡Oh Señor Dios», dije yo, «no puedo hacer eso! ¡No soy más que un muchacho! ¡Ni siquiera puedo hablar con soltura!».


Para estos, somos un olor de muerte que lleva la muerte; pero para los otros, somos un olor de vida que lleva a la vida. Y ¿quién está perfectamente capacitado para una tarea como esta?


No porque creamos que por nosotros mismos podemos hacer las cosas. Dios es la fuente de nuestro poder.


―Señor —repuso Gedeón—, ¿cómo puedo yo salvar a Israel? Mi familia es la más pobre de la tribu de Manasés y yo soy el menor de ella.


―¿Quién soy yo para ser yerno del rey? —exclamó David—. La familia de mi padre es humilde.