Y ya que han pasado por la carpa de este servidor de ustedes, les voy a traer algo de comer, para que repongan sus fuerzas y puedan continuar su viaje. ―Muy bien —dijeron ellos—, aceptamos tu invitación.
Éxodo 2:20 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ―Bueno, pero ¿dónde está? —les preguntó el padre—. ¿Lo dejaron allá? Invítenlo a comer. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y dijo a sus hijas: ¿Dónde está? ¿Por qué habéis dejado a ese hombre? Llamadle para que coma. Biblia Nueva Traducción Viviente —¿Y dónde está ese hombre? —les preguntó el padre—. ¿Por qué lo dejaron allí? Invítenlo a comer con nosotros. Biblia Católica (Latinoamericana) Ragüel preguntó: '¿Y dónde está? ¿Por qué no han traído aquí a ese hombre? Díganle que venga a comer. La Biblia Textual 3a Edicion Y dijo a sus hijas: ¿Y dónde está? ¿Por qué habéis abandonado a ese varón? Llamadlo para que coma de nuestro pan. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Preguntó él a sus hijas: '¿Dónde está? ¿Por qué habéis dejado allá afuera a ese hombre? Llamadle para que coma algo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dijo a sus hijas: ¿Y dónde está? ¿Por qué habéis dejado ese hombre? llamadle para que coma pan. |
Y ya que han pasado por la carpa de este servidor de ustedes, les voy a traer algo de comer, para que repongan sus fuerzas y puedan continuar su viaje. ―Muy bien —dijeron ellos—, aceptamos tu invitación.
Cuando Labán supo que su sobrino Jacob estaba allí, salió corriendo a recibirlo. Al verlo, lo abrazó, lo besó y lo llevó a su casa. Entonces Jacob le contó su historia.
Enseguida ofreció un sacrificio a Dios allí sobre la cumbre del monte, e invitó a sus parientes a participar de la comida. Después de comer, todos se quedaron esa noche en la montaña.
Luego sacaron y organizaron los regalos, para tenerlos listos para cuando llegara José al mediodía, porque se les había dicho que comerían allí.
Jamás rechacé a los extranjeros; mis puertas estuvieron abiertas para todos.
Todos sus hermanos, hermanas y antiguos amigos llegaron y festejaron con él en su hogar, consolándolo en todos sus padecimientos, y alentándolo por las pruebas que el Señor le había mandado. Y cada uno de ellos le llevó un obsequio de una pieza de plata y un anillo de oro.
―Un egipcio nos defendió de los pastores —respondieron ellas—, y sacó agua y dio de beber a los rebaños.
Moisés aceptó la invitación y acabó quedándose a vivir con ellos. Después de un tiempo, Reuel le dio por esposa a Séfora, una de sus hijas.
Tiene que haberse labrado una sana reputación por sus buenas obras, como por ejemplo, haber educado bien a sus hijos, haber sido hospitalaria, haber lavado los pies de los que son del pueblo santo, haber brindado ayuda a los que sufren y haber sido bondadosa en todo.
No se olviden de practicar la hospitalidad, porque de esa manera, algunos, sin darse cuenta, hospedaron ángeles.