Purifícame con hisopo, y volveré a ser puro. Lávame, y seré más blanco que la nieve.
Éxodo 12:22 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Recojan la sangre del cordero en una vasija, tomen una rama de hisopo, mójenla en la sangre del cordero y unten la sangre en los postes de la puerta y el travesaño. ¡Que nadie salga de su casa en toda la noche! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y tomad un manojo de hisopo, y mojadlo en la sangre que estará en un lebrillo, y untad el dintel y los dos postes con la sangre que estará en el lebrillo; y ninguno de vosotros salga de las puertas de su casa hasta la mañana. Biblia Nueva Traducción Viviente Dejen escurrir la sangre en una vasija, después tomen un manojo de ramas de hisopo y mójenlo en la sangre. Con el hisopo unten la sangre en la parte superior y en ambos lados del marco de la puerta de sus casas. Que nadie salga de la casa hasta la mañana, Biblia Católica (Latinoamericana) Tomen un manojo de hisopo mojado con la sangre y marquen los dos postes y la parte superior de la puerta. Y luego ninguno de ustedes saldrá de su casa hasta la mañana. La Biblia Textual 3a Edicion Tomaréis un manojo de hisopo y lo empaparéis en la sangre que habrá en el lebrillo, y untaréis el dintel y las dos jambas con la sangre que está en el lebrillo. En cuanto a vosotros, no saldréis de la puerta de vuestra casa hasta la mañana. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tomaréis después un manojo de hisopo, lo mojaréis en la sangre, que estará en un recipiente, y untaréis el dintel y las dos jambas. Ninguno de vosotros saldrá de casa hasta la mañana. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y tomad un manojo de hisopo, y mojadle en la sangre que estará en una jofaina, y untad el dintel y los dos postes con la sangre que estará en la jofaina; y ninguno de vosotros salga de las puertas de su casa hasta la mañana. |
Purifícame con hisopo, y volveré a ser puro. Lávame, y seré más blanco que la nieve.
Luego tomarán un poco de sangre del animal y la colocarán en los dos postes y en el travesaño de la puerta de la casa en que se han de comer al animal.
¡Vete a casa, pueblo mío, y atranca las puertas! Escóndete un poquito hasta que la ira del Señor contra tus enemigos haya pasado.
Entonces una persona que no esté impura tomará de una rama de hisopo, y la mojará en agua y rociará la tienda y todos los muebles que haya en la tienda, y todas las personas que se hayan contaminado por haber estado en la tienda. También rociará a las personas contaminadas por haber tocado un hueso, o por haber tocado a alguien que ha sido asesinado o que ha muerto de muerte natural, o por haber tocado una tumba.
Después de estas palabras, cantaron un himno y se fueron al monte de los Olivos.
Por la fe celebró la Pascua y mandó rociar las puertas con sangre. De esta manera, el que mataba a los primogénitos no tocaría a los israelitas.
Se han acercado a Jesús, el mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada, que habla con más fuerza que la sangre de Abel.
Ahora bien, el primer pacto tenía reglas para el culto y un santuario aquí en la tierra.
Y si esto es así, ¡la sangre de Cristo es todavía mejor! Pues por medio del Espíritu eterno, Cristo se ofreció a sí mismo a Dios como sacrificio sin mancha para purificar nuestra conciencia de las obras que conducen a la muerte, para que sirvamos al Dios viviente.
Moisés, después de anunciar a todo el pueblo los mandamientos de la ley, tomó lana roja y ramas de hisopo, las mojó con la sangre de los becerros y los chivos mezclada con agua, y con eso roció el libro de la ley y a todo el pueblo.
Si salen a la calle, no respondemos por ellos; pero te prometemos que ninguno que esté dentro de la casa será muerto ni sufrirá daño alguno.
que tengan gracia y paz en abundancia. Dios el Padre los eligió de acuerdo con su propósito y por medio del Espíritu los ha santificado, para que obedezcan a Jesucristo y sean salvados por su sangre.