Después, cuando comenzó a reinar el rey Asuero, conocido también como Jerjes, le escribieron una carta acusando a los habitantes de Judá y de Jerusalén.
Ester 8:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Entonces el rey Asuero les dijo a la reina Ester y a Mardoqueo el judío: ―Le he dado a Ester el palacio de Amán y él ha sido colgado en la horca, porque trató de destruirlos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Respondió el rey Asuero a la reina Ester y a Mardoqueo el judío: He aquí yo he dado a Ester la casa de Amán, y a él han colgado en la horca, por cuanto extendió su mano contra los judíos. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces el rey Jerjes dijo a la reina Ester y a Mardoqueo, el judío: —Le he dado a Ester las propiedades de Amán, a quien atravesaron en un poste porque trató de destruir a los judíos. Biblia Católica (Latinoamericana) El rey Asuero respondió a la reina Ester y al judío Mardoqueo: 'Di a Ester la casa de Amán y a éste lo colgué por haber inculpado a los judíos. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces el rey Asuero dijo a la reina Ester y al judío Mardoqueo: He aquí he dado a Ester la casa de Amán, y él ha sido colgado en su propio madero, por cuanto extendió su mano contra los judíos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El rey Asuero dijo a la reina Ester y al judío Mardoqueo: 'Ved que he dado a Ester la hacienda de Amán, al que ya han colgado de la horca, por haber extendido su mano contra los judíos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y respondió el rey Asuero a la reina Esther, y a Mardoqueo el judío: He aquí yo he dado a Esther la casa de Amán, y a él han colgado en la horca, por cuanto extendió su mano contra los judíos. |
Después, cuando comenzó a reinar el rey Asuero, conocido también como Jerjes, le escribieron una carta acusando a los habitantes de Judá y de Jerusalén.
Así que colgaron a Amán en la misma horca que había preparado para Mardoqueo, y así se apaciguó la ira del rey.
Entonces Jarboná, otro de los hombres de confianza del rey, dijo: ―Su Majestad, Amán ordenó construir, en el patio de su casa, una horca de veintidós metros y medio de alto para colgar a Mardoqueo, el hombre que salvó al rey de ser asesinado. ―¡Cuelguen a Amán en ella! —ordenó el rey.
Aquel mismo día, el rey Asuero entregó a la reina Ester las propiedades de Amán, el enemigo de los judíos. Mardoqueo fue llevado a la presencia del rey, porque Ester le había dicho al rey que era su primo y padre adoptivo.
El hombre bueno deja herencia a sus nietos; las riquezas del pecador se quedan para los justo.
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, tomando sobre sí mismo la maldición por amor a nosotros. Porque dicen las Escrituras que es «maldito el que es colgado en un madero».