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Esdras 5:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Pero como Dios protegía a los jefes del pueblo judío, los enemigos les permitieron continuar los trabajos hasta que llegara la respuesta del rey Darío, a quien se le consultaría sobre el asunto.

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Biblia Reina Valera 1960

Mas los ojos de Dios estaban sobre los ancianos de los judíos, y no les hicieron cesar hasta que el asunto fuese llevado a Darío; y entonces respondieron por carta sobre esto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

pero como Dios cuidaba a su pueblo, no pudieron impedir que los líderes judíos siguieran construyendo hasta que se enviara un informe a Darío y él comunicara su decisión al respecto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero Dios cuidaba a los ancianos de Judá; pues mientras se enviaba un informe a Darío y se aguardaba su respuesta no se los obligó a suspender el trabajo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero la mirada de Dios estaba sobre los ancianos judíos, y no los obligaron a interrumpir el trabajo hasta que el asunto fuera a Darío y éste diera instrucciones por carta.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero la mirada de Dios velaba sobre los ancianos de los judíos, y no les obligaron a paralizar las obras mientras se consultaba a Darío y se esperaba respuesta escrita sobre el asunto.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Pero los ojos de Dios fueron sobre los ancianos de los judíos, y no les hicieron cesar hasta que el asunto viniese a Darío; y entonces respondieron por carta sobre esto.

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Esdras 5:5
12 Tagairtí Cros  

Porque los ojos del Señor recorren el mundo para poner su poder en favor de quienes le son fieles. ¡Te has conducido como un insensato, y de hoy en adelante habrá guerras contra ti!».


Y bendito sea Dios por la demostración de su misericordia hacia mí, al honrarme delante del rey, de sus consejeros y delante de todos sus poderosos príncipes. Mi Señor y Dios, te doy gracias por haberme fortalecido, por haber estado conmigo y por haberme permitido convencer a algunos de los jefes de Israel para que regresaran conmigo a Jerusalén».


Esdras, que llegó de Babilonia, era un maestro muy versado en las leyes que el Señor había dado al pueblo de Israel por medio de Moisés. Pidió que se le permitiera regresar a Jerusalén, y el rey le concedió su petición, porque Esdras contaba con la ayuda del Señor.


Me daba vergüenza pedirle al rey que nos proporcionara soldados y caballería que nos protegieran de los enemigos que pudiera haber en el camino, pues le habíamos dicho que nuestro Dios protege a todos los que lo adoran, y que su ira se abate sólo sobre los que lo abandonan.


El Señor dice: «Yo te instruiré y te guiaré por el mejor camino para tu vida; yo te aconsejaré y velaré por ti.


Pero los ojos del Señor observan a los que le temen y confían en su invariable amor.


Porque los ojos del Señor observan detenidamente a los que viven como se debe, y sus oídos están contra los que hacen el mal cuando claman a él.


La enemistad de los hombres sólo hace que tu gloria se note más; porque tú la usas como espada de juicio.


No les tengan miedo alguno a sus enemigos, porque para ellos es señal de destrucción; en cambio, para ustedes, es señal de salvación, y esto proviene de Dios.


porque el Señor cuida a los justos y sus oídos están atentos a sus oraciones, pero está en contra de los que hacen el mal».