Los gritos de alegría y los llantos se confundían, y se oían desde muy lejos.
Esdras 3:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Pero muchos de los sacerdotes, levitas y demás dirigentes, que ya eran ancianos y recordaban el hermoso templo de Salomón, lloraban en alta voz, mientras los otros gritaban de gozo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y muchos de los sacerdotes, de los levitas y de los jefes de casas paternas, ancianos que habían visto la casa primera, viendo echar los cimientos de esta casa, lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban grandes gritos de alegría. Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, muchos de los sacerdotes, levitas y otros líderes de edad avanzada que habían visto el primer templo lloraron en voz alta al ver los cimientos del nuevo templo. Los demás, en cambio, gritaban de alegría. Biblia Católica (Latinoamericana) Muchas personas de edad, sacerdotes y levitas, jefes de familia que habían conocido el primer templo, lloraban abundantemente mientras se ponían ante su vista los cimientos, pero muchos otros dejaban escapar sus alegres exclamaciones. La Biblia Textual 3a Edicion Pero muchos de los sacerdotes, de los levitas y de los jefes de familias, aquellos ancianos que habían visto la Casa primera,° viendo echar los cimientos de esta Casa ante sus ojos, lloraban en alta voz, en tanto que otros muchos daban gritos de júbilo, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Sin embargo, muchos sacerdotes, levitas y jefes de familia, ya ancianos, que habían visto el primer templo, lloraban con grandes gemidos al ver con sus propios ojos echar los cimientos de este templo; pero otros muchos lanzaban clamores de alegría. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y muchos de los sacerdotes y de los levitas y de los jefes de los padres, ancianos que habían visto la primera casa, al ver que se echaban los cimientos de esta casa, lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban grandes gritos de alegría. |
Los gritos de alegría y los llantos se confundían, y se oían desde muy lejos.
Plantarán llorando sus semillas, y regresarán cantando, trayendo su cosecha.
¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! ¡Qué bueno es cantar sus alabanzas! ¡Qué agradable y justo es alabarle!
Aunque seas despreciado, no temas, oh Israel, porque yo te auxiliaré. Yo soy el Señor, tu Redentor; yo soy el Santo de Israel.
La más pequeña familia se multiplicará hasta convertirse en un gran clan, el grupo pequeño llegará a ser poderosa nación. Yo, el Señor, a su tiempo haré que todo esto se cumpla.
Entonces, sollozando, los pueblos de Israel y Judá se reunirán y buscarán al Señor su Dios.
«¿Quién entre ustedes puede recordar cómo era el templo anterior? ¿No es cierto que era esplendoroso y magnífico? ¿Y no les parece que este, comparado con el primero, es insignificante?
»No desprecien este humilde comienzo, porque los ojos del Señor se deleitan en ver el trabajo iniciado, al ver la plomada en la mano de Zorobabel controlando la verticalidad de los muros. Porque estas siete lámparas representan mis ojos, pues yo lo observo todo».