Luego Dios le dijo a la mujer: ―Haré que sufras bastante durante tus embarazos y que al tener tus hijos sientas mucho dolor. Y a pesar de eso, seguirás deseando a tu marido, y él tendrá dominio sobre ti.
Efesios 5:22 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Las mujeres deben someterse a sus esposos al igual que se someten al Señor. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; Biblia Nueva Traducción Viviente Para las esposas, eso significa: sométase cada una a su marido como al Señor, Biblia Católica (Latinoamericana) Lo sean así las esposas a sus maridos, como al Señor. La Biblia Textual 3a Edicion Las casadas: A sus propios maridos,° como al Señor, Biblia Serafín de Ausejo 1975 las mujeres a sus maridos como al Señor. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor. |
Luego Dios le dijo a la mujer: ―Haré que sufras bastante durante tus embarazos y que al tener tus hijos sientas mucho dolor. Y a pesar de eso, seguirás deseando a tu marido, y él tendrá dominio sobre ti.
Cuando este decreto sea publicado a través de todo el reino, no habrá esposa que no respete a su marido, cualquiera que sea su rango.
envió cartas a todas las provincias, en todos los idiomas locales, en las que se declaraba que los hombres debían gobernar el hogar, y que debían hacer sentir su autoridad como jefes de la familia.
Las mujeres deben guardar silencio en las iglesias, pues no les está permitido hablar. Deben estar sumisas, como lo declaran las Escrituras.
Las mujeres deben someterse a sus esposos al igual que se someten al Señor.
Esclavos, obedezcan a sus amos humanos; sírvanles de buena gana, con respeto y sinceridad de corazón, como a Cristo.
Puesto que ustedes resucitaron con Cristo, fijen la mirada en las cosas de arriba, donde está Cristo sentado junto a Dios en el sitio de honor.
Esposas, sométanse a sus esposos, porque así lo ha dispuesto el Señor.
a ser prudentes y puras, a cuidar del hogar y a ser buenas y obedientes con sus esposos, para que nadie hable mal de la palabra de Dios.