¡Deja el enojo! Aparta la ira, no envidies a otros; con ello sólo te perjudicas.
Efesios 4:26 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Si se enojan, no cometan el pecado de dejar que el enojo les dure todo el día. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, Biblia Nueva Traducción Viviente Además, «no pequen al dejar que el enojo los controle». No permitan que el sol se ponga mientras siguen enojados, Biblia Católica (Latinoamericana) Enójense, pero sin pecar; que el enojo no les dure hasta la puesta del sol, La Biblia Textual 3a Edicion Airaos, pero no pequéis;° no se ponga el sol sobre vuestro enojo, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si os indignáis, no lleguéis a pecar: no se ponga el sol sobre vuestra ira, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Airaos, pero no pequéis: No se ponga el sol sobre vuestro enojo; |
¡Deja el enojo! Aparta la ira, no envidies a otros; con ello sólo te perjudicas.
No pequen permitiendo que el enojo los controle. Medítenlo cuando por la noche vayan a descansar.
Todos tus funcionarios vendrán corriendo a mí, e inclinándose me suplicarán que me vaya con todo el pueblo. Entonces saldré y me llevaré a todo el pueblo de Israel”». Luego, Moisés salió muy enojado de la presencia del faraón.
El que controla su enojo es muy inteligente; el que se enoja fácilmente es un necio.
El buen juicio hace al hombre calmar su enojo y el pasar por alto la ofensa le trae honra.
Tan cierto como que el viento del norte trae lluvia, las malas lenguas traen miradas de enojo.
―Ha llegado el momento en que Aarón debe morir. Él no entrará en la tierra que yo le he dado al pueblo de Israel, porque ustedes dos se rebelaron contra mis instrucciones en las aguas de Meribá.
Pues yo añado que el que se enoja contra su hermano está cometiendo el mismo delito. El que le dice “idiota” a su hermano, merece que lo lleven al juzgado. Y el que maldiga a una persona, merece ir a parar a las llamas del infierno.
Cuando Jesús se dio cuenta, se disgustó con los discípulos. ―Dejen que los niños vengan a mí —les dijo—, porque de quienes son como ellos es el reino de los cielos. ¡No se lo impidan!
Jesús, mirándolos con una mezcla de enojo y tristeza por la indiferencia que mostraban, le dijo al hombre: ―Extiende la mano. Y al extenderla, se le sanó.
Págale su salario cada día, antes de la puesta del sol, porque es pobre y lo necesita diariamente. De otro modo él podría clamar al Señor en contra tuya y se te tendrá por pecado.
Mis queridos hermanos, pongan atención: Todos ustedes deben estar listos para escuchar, pero deben ser lentos para hablar y para enojarse.
Porque el enojo no deja a la gente vivir con justicia como Dios quiere.
se retiró de la mesa encendido de ira, y se negó a comer en todo aquel día porque estaba muy herido por la vergonzosa conducta de su padre hacia David.