Sentí la presencia del espíritu, pero no pude verlo ante mí. Luego, escuché una voz que susurró:
Apocalipsis 8:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Cuando el Cordero rompió el séptimo sello, se produjo en el cielo como una media hora de silencio. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando el Cordero rompió el séptimo sello del rollo, hubo silencio por todo el cielo durante una media hora. Biblia Católica (Latinoamericana) Cuando el Cordero abrió el séptimo sello, se produjo en el Cielo un silencio como de media hora. La Biblia Textual 3a Edicion Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando abrió el séptimo sello, hubo un silencio en el cielo como de media hora. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando abrió el séptimo sello, fue hecho silencio en el cielo como por media hora. |
Sentí la presencia del espíritu, pero no pude verlo ante mí. Luego, escuché una voz que susurró:
Reposa en el Señor; espera con paciencia que él se manifieste. No envidies a los malvados que prosperan o te desesperes por sus perversos planes.
Silencioso estoy ante el Señor, esperando que él me libre. Porque sólo de él procede la salvación.
»En cambio, el Señor está en su santo templo, ¡guarden silencio respetuoso delante de él los habitantes de toda la tierra!».
¡Que toda la humanidad guarde silencio delante del Señor, porque se ha puesto en pie en su santa morada!».
Entonces fueron, sellaron la roca y dejaron a los soldados de guardia.
En eso noté que el que estaba sentado en el trono tenía en la mano derecha un pergamino enrollado, escrito por detrás y por delante y sellado con siete sellos.
y dedicaron al Cordero este nuevo canto: «Eres digno de recibir el pergamino y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado y con tu sangre compraste para Dios un pueblo de entre todos los linajes, pueblos, lenguas y naciones.
Y vi cuando el Cordero rompió el primer sello. Entonces uno de los cuatro seres vivientes, con voz de trueno, dijo: «¡Ven y ve!».
Cuando el Cordero abrió el sexto sello, se produjo un gran terremoto; el sol se puso negro como si se hubiera puesto ropa de luto, y la luna adquirió un color rojo como la sangre.
Cuando el Cordero rompió el segundo sello, el segundo ser viviente gritó: «¡Ven!».
Cuando el Cordero rompió el tercer sello, escuché al tercer ser viviente que dijo: «¡Ven!». En la escena apareció un caballo negro cuyo jinete tenía una balanza en la mano.
Y cuando rompió el cuarto sello, escuché al cuarto ser viviente que dijo: «¡Ven!».
El Cordero abrió el quinto sello. Vi entonces debajo del altar a las personas que habían muerto por predicar la palabra de Dios y por ser fieles testigos.