Humo le salió de la nariz. Espantosas llamas salieron de su boca; lanzaba carbones encendidos.
Apocalipsis 11:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Cualquiera que trate de hacerles daño, morirá víctima de las llamaradas de fuego que brotan de la boca de aquellos dos personajes. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera. Biblia Nueva Traducción Viviente Si alguien trata de hacerles daño, sale fuego de sus bocas y consume a sus enemigos. Así debe morir cualquiera que intente hacerles daño. Biblia Católica (Latinoamericana) Si alguien intenta hacerles mal, saldrá de su boca fuego y devorará a sus enemigos; así perecerá el que intente maltratarlos. La Biblia Textual 3a Edicion Si alguno procura dañarlos, un fuego procede de sus bocas que devora a sus enemigos: si alguno procura dañarlos, debe morir de la misma manera. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si alguien pretende causarles mal, saldrá fuego de la boca que devorará a sus enemigos. Si alguien pretende causarles mal, morirá sin remedio. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y si alguno quisiere dañarles, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quisiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera. |
Humo le salió de la nariz. Espantosas llamas salieron de su boca; lanzaba carbones encendidos.
sino que defenderá a los pobres y explotados. Regirá contra los malvados que los oprimen.
Hoy comienza tu trabajo: prevenir a las naciones y a los pueblos del mundo. De acuerdo con mis palabras, expresadas por tu boca, yo derribaré a unos y los destruiré, y plantaré y cuidaré a otros, los fortaleceré y los engrandeceré.
Por lo tanto, esto es lo que Dios, el Señor de los ejércitos, dice a sus profetas: Por murmuraciones así tomaré sus palabras y predicciones y haré que se cumplan en sus vidas con el efecto que causa un terrible incendio, el cual los consumirá como si fueran simples trozos de madera.
Era tal como la había visto en las otras visiones, primero al lado del río Quebar, y luego más tarde en Jerusalén cuando vino para destruir la ciudad. Caí, rostro en tierra.
Yo envié a mis profetas para advertirles del destino funesto que les espera; yo los he herido con la dureza de las palabras que les he enviado, incluso amenazándolos de muerte. Sepan que de repente, sin advertencia alguna, mi juicio realmente los matará como si fuera un rayo fulminante.
Pero se cumplió en ellos todo lo que les advertí por medio de mis profetas. Sí, el castigo anunciado cayó sobre ellos. Entonces al fin se arrepintieron. “Hemos recibido del Señor Todopoderoso lo que merecían nuestras malas acciones”, dijeron. “El Señor hizo lo que nos había advertido que haría”».
El Señor Todopoderoso me ha enviado a decirles a las naciones que los oprimieron: «¡El que hace daño a mi pueblo lo pagará muy caro! ¡Quien daña a Israel es como si lastimara la niña de mis ojos!
Los milagros que realizaba eran increíbles; podía, por ejemplo, hacer que cayeran del cielo llamaradas de fuego ante los ojos asombrados de la humanidad.
En visión, vi delante de mí aquella caballería. Los jinetes llevaban corazas de un color rojo fuego, si bien es cierto que algunas eran azul cielo y otras amarillas. Las cabezas de los caballos parecían cabezas de leones, y por el hocico echaban humo, fuego y azufre,