Él será el que me va a edificar un templo, y yo estableceré su trono para siempre.
2 Samuel 7:27 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 »Porque tú, Señor Todopoderoso, Dios de Israel, me has revelado que yo soy el primero de una dinastía que gobernará a tu pueblo para siempre. Por eso es que me he atrevido a elevarte esta oración. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Porque tú, Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, revelaste al oído de tu siervo, diciendo: Yo te edificaré casa. Por esto tu siervo ha hallado en su corazón valor para hacer delante de ti esta súplica. Biblia Nueva Traducción Viviente »Oh Señor de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel, yo me he atrevido a elevarte esta oración porque le revelaste todo esto a tu siervo con las siguientes palabras: “Construiré una casa para ti, ¡una dinastía de reyes!”. Biblia Católica (Latinoamericana) ya que eres tú Yavé Sabaot, el Dios de Israel, quien ha hecho esta revelación a tu servidor: 'Te edificaré una casa'. Por eso tu servidor tiene la audacia de dirigirte esta plegaria:' La Biblia Textual 3a Edicion Porque Tú, YHVH Sebaot, Dios de Israel, has despertado el oído de tu siervo, diciendo: Yo te edificaré casa. Por eso tu siervo ha hallado en su corazón osadía para elevar esta oración ante ti. Biblia Serafín de Ausejo 1975 pues tú, Yahveh Sebaot, Dios de Israel, te has revelado a los oídos de tu siervo, diciéndole: 'Yo te edificaré una casa'. Por eso tu siervo se atreve a dirigirte esta plegaria. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque tú, oh Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, revelaste al oído de tu siervo, diciendo: Yo te edificaré casa. Por esto tu siervo ha hallado en su corazón para hacer delante de ti esta súplica. |
Él será el que me va a edificar un templo, y yo estableceré su trono para siempre.
Si escuchas lo que te digo, andas en mis caminos y haces lo que yo considero recto, obedeciendo mis mandamientos, tal como mi siervo David lo hizo, te bendeciré, y tus descendientes gobernarán en Israel para siempre (una vez hice la misma promesa a David.
Señor, tú conoces el anhelo de los desvalidos. Ciertamente escucharás sus clamores y los consolarás.
A ti no te complacen sacrificios ni ofrendas, pero me has hecho obediente; tú no has pedido holocaustos ni sacrificios por el pecado.
Y como las parteras tuvieron temor de Dios, él les permitió tener muchos hijos.
Yo creí que debía hablarte de ello para que puedas comprarla, si quieres, con estos hombres respetables como testigos. Si la quieres, házmelo saber ahora, porque si tú no la compras, yo lo haré. Tú tienes el primer derecho de redimirla y yo estoy después. ―Muy bien, yo la compraré —contestó el hombre.
Yo haré surgir un sacerdote fiel que me servirá y hará lo que yo le diga. Bendeciré a sus descendientes, y de su familia saldrán los sacerdotes que servirán ante mi rey ungido para siempre.