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2 Samuel 22:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

»Entonces la tierra se estremeció y tembló. Los cimientos del cielo se estremecieron a causa de su ira.

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Biblia Reina Valera 1960

La tierra fue conmovida, y tembló, Y se conmovieron los cimientos de los cielos; Se estremecieron, porque se indignó él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»Entonces la tierra se estremeció y tembló. Se sacudieron los cimientos de los cielos; temblaron a causa de su enojo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Tembló entonces la tierra, se estremeció, bambolearon los cimientos del cielo, temblaban al sentir su cólera.

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La Biblia Textual 3a Edicion

La tierra fue conmovida, y tembló, Se conmovieron los cimientos de los cielos; Se estremecieron, porque Él se indignó.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

La tierra treme toda y se perturba, las bases de los montes se estremecen y palpitan, a causa de su ira.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

La tierra se estremeció y tembló; los fundamentos del cielo fueron conmovidos, se estremecieron, porque se indignó Él.

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2 Samuel 22:8
13 Tagairtí Cros  

Para recogerlos hay que protegerse las manos, y una vez amontonados se echan al fuego y se queman».


Las columnas del cielo tiemblan cuando él reprende.


Entonces la tierra tembló y se estremeció, y los cimientos de las montañas se sacudieron y temblaron. ¡Cómo se estremecieron cuando ardió su ira!


la tierra tembló y los cielos dejaron caer sus aguas delante de ti, el Dios de Sinaí, delante de ti, el Dios de Israel.


Resonó el trueno en el torbellino; el relámpago iluminó al mundo. La tierra tembló y se estremeció.


Tu camino iba por una senda que cruzaba el mar, que atravesaba las poderosas aguas; una senda de la cual nadie sabía.


Su relámpago ilumina todo el mundo. Lo ve la tierra y tiembla.


Ante su presencia tiemblan los montes y se derriten las colinas; la tierra tiembla y los pueblos son destruidos.


Al instante, el velo que ocultaba el Lugar Santísimo del templo se rompió en dos de arriba abajo, la tierra tembló, las rocas se partieron,


hubo un fuerte temblor. Un ángel del Señor acababa de descender del cielo y, tras remover la piedra, se había sentado en ella.


Después de esta oración, el edificio donde estaban reunidos se estremeció y quedaron llenos del Espíritu Santo, y se entregaron a predicar con arrojo el mensaje de Dios.


»Cuando nos hiciste salir de Seír, oh Señor, y nos guiaste por los campos de Edom, la tierra tembló y el cielo derramó su lluvia.