Toda su familia trató en vano de consolarlo. Pero él decía: «No dejaré de llorar hasta que muera y me reúna con mi hijo». Y seguía llorando.
2 Samuel 19:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Joab se enteró de que el rey estaba muy afligido y llorando por la muerte de su hijo Absalón. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Dieron aviso a Joab: He aquí el rey llora, y hace duelo por Absalón. Biblia Nueva Traducción Viviente Pronto le llegó a Joab la noticia de que el rey estaba llorando y haciendo duelo por Absalón. Biblia Católica (Latinoamericana) El rey entonces se conmocionó, subió a la pieza que había encima de la puerta y se puso a llorar. Caminando de uno a otro lado hablaba así: '¡Hijo mío Absalón! ¡Hijo mío! ¡Hijo mío Absalón! ¿Por qué no morí yo en vez de ti? ¡Absalón, hijo mío! ¡Hijo mío!' La Biblia Textual 3a Edicion Y avisaron a Joab: ¡He aquí el rey está llorando y endechando a causa de Absalón! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Conturbóse el rey. Subió al aposento superior de la puerta y rompió a llorar. Y mientras subía, iba exclamando: '¡Hijo mío Absalón; hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Ojalá hubiera muerto yo en tu lugar, Absalón, hijo mío, hijo mío!'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dieron aviso a Joab: He aquí el rey llora, y hace duelo por Absalón. |
Toda su familia trató en vano de consolarlo. Pero él decía: «No dejaré de llorar hasta que muera y me reúna con mi hijo». Y seguía llorando.
―Aun cuando me hubiera dado mil monedas de plata, no lo habría hecho, porque todos oímos que el rey les dijo a usted, a Abisay y a Itay: “Por amor a mí, no le hagan daño al joven Absalón”.
―¡Basta de decir necedades! —dijo Joab. Enseguida tomó tres dardos y los clavó en el corazón de Absalón, que aún colgaba vivo de la encina.
―No —le dijo Joab—, la muerte de su hijo no es una buena noticia para el rey. Puedes servirme de mensajero en otra oportunidad.
Al oír la noticia, el rey rompió a llorar y subió al cuarto que estaba encima de la puerta. Se lamentaba diciendo: «¡Ay, Absalón, hijo mío! ¡Absalón, hijo mío! ¡Ojalá hubiera muerto yo en tu lugar! ¡Ay, hijo mío, Absalón, hijo mío!». Entonces, el rey se entristeció mucho, subió a la habitación que estaba encima de la puerta, y mientras lloraba, decía: «¡Hijo mío Absalón, hijo mío Absalón! ¡Ojalá yo hubiera muerto en tu lugar, Absalón, hijo mío, hijo mío!».
Pero antes de que se marcharan, el rey les suplicó a Joab, a Abisay y a Itay: ―Por amor a mí, traten con gentileza al joven Absalón. Y los soldados oyeron cuando el rey les daba este encargo.
Cuando el pueblo se enteró del profundo dolor del rey por su hijo, el gozo de la maravillosa victoria de aquel día se convirtió en profunda tristeza.
Entonces llenaré las vidas de los habitantes de Jerusalén de espíritu de gracia y oración, y ellos pondrán su atención en mí, a quien traspasaron, y se lamentarán de su antiguo error como se llora la muerte de un primogénito, habrá luto como si se les hubiera muerto el hijo mayor.