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2 Corintios 9:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Me daría pena —y a ustedes también— que algunos macedonios fueran conmigo y encontraran que todavía ni siquiera han recogido la ofrenda.

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Biblia Reina Valera 1960

no sea que si vinieren conmigo algunos macedonios, y os hallaren desprevenidos, nos avergoncemos nosotros, por no decir vosotros, de esta nuestra confianza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Sería vergonzoso para nosotros —ni hablar de la vergüenza que significaría para ustedes— si algunos creyentes macedonios llegaran conmigo y encontraran que ustedes no están preparados ¡después de todo lo que les hablé de ustedes!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

no sea que, al llegar conmigo los de Macedonia, los encuentren desprevenidos. ¡Sería para mí una vergüenza, por no decir para ustedes!

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La Biblia Textual 3a Edicion

no sea que si van conmigo algunos de Macedonia y os hallan desprevenidos, nosotros seamos avergonzados, para no decir vosotros,° por esta confianza.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

No sea que los macedonios que vienen conmigo os encuentren desprevenidos, lo que nos cubriría de vergüenza a nosotros, por no decir a vosotros, muy en contra de la seguridad que teníamos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

no sea que si vinieren conmigo los de Macedonia, y os hallaren desprevenidos, nos avergoncemos nosotros, por no decir vosotros, de este firme gloriar.

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2 Corintios 9:4
7 Tagairtí Cros  

Los cristianos de Macedonia y Acaya hicieron una colecta de dinero para los hermanos pobres de Jerusalén.


Los domingos cada uno de ustedes aparte algo de lo que ganó durante la semana, y guárdelo. Así cuando yo llegue no tendrán que empezar la colecta.


El Señor no me ha mandado a jactarme de nada; si lo hago es porque estoy portándome como un desquiciado.


Muestren a estos hombres el amor que ustedes tienen y demuéstrenles que cuanto he dicho de ustedes con orgullo es cierto. Esto será un testimonio para las iglesias.


Ustedes siempre están dispuestos a ayudar; y he tenido el orgullo de decir a los hermanos de Macedonia que, hace un año, ustedes, los de Acaya, ya estaban listos para enviar una ofrenda. Y es más: el entusiasmo de ustedes fue la chispa que prendió en la mayoría de ellos el deseo de ayudar.


Yo, Pablo, lo pagaré; y para constancia escribo esto con mi puño y letra. ¡No creo que sea necesario recordarte que tú a mí me debes lo que eres!