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1 Samuel 3:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

pero una noche en que Elí se había ido a acostar, quien estaba casi ciego debido a la edad,

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Biblia Reina Valera 1960

Y aconteció un día, que estando Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a oscurecerse de modo que no podía ver,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Una noche, Elí, que para entonces estaba casi ciego, ya se había acostado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Ese día estaba Helí acostado en su cama; sus ojos estaban tan débiles que ya no veía.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Por ese tiempo aconteció que estando Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a oscurecerse y no podía ver,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cierto día Elí estaba ya acostado en su aposento. Sus ojos habían comenzado a debilitarse y no podía ver.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y aconteció un día, que estando Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a oscurecerse, que no podía ver,

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1 Samuel 3:2
8 Tagairtí Cros  

Isaac estaba muy viejo y se había quedado ciego. Un día llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: ―¡Hijo mío! ―¿Qué quieres, padre? —contestó Esaú.


Debido a su avanzada edad, Israel no podía ver bien. Por eso, José le acercó sus hijos. Entonces Israel los besó y abrazó.


Pero su padre se rehusó a hacerlo. ―Yo sé lo que estoy haciendo, hijo mío —le dijo—. Manasés también será una nación grande, pero su hermano menor será más importante, y de él saldrán muchos pueblos.


Así que la esposa de Jeroboán fue a casa de Ahías, en Siló. Como el profeta era muy anciano, ya no podía ver.


Algunos llegamos a vivir hasta setenta años, quizás algunos alcancemos hasta los ochenta. Pero aun los mejores años de entre todos ellos, están llenos de dolor y problemas; pronto pasan y nosotros pasamos con ellos.


Un día temblarán los guardianes de la casa y se encorvarán los hombres de batalla y se detendrán las moledoras por ser tan pocas.


Elí ya estaba muy anciano, pero se daba cuenta de lo que ocurría a su alrededor. Sabía, por ejemplo, que sus hijos estaban seduciendo a las jóvenes que ayudaban a la entrada del santuario.