se le apareció el Señor por segunda vez (la primera vez fue en Gabaón), y le dijo: «He oído tu oración. Y he santificado el templo que has edificado, y he puesto mi nombre en él para siempre. Continuamente velaré sobre él y me gozaré.
1 Reyes 3:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 El más famoso de estos altares sobre una colina era el que estaba en Gabaón, y el rey fue allí y ofreció mil holocaustos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 E iba el rey a Gabaón, porque aquel era el lugar alto principal, y sacrificaba allí; mil holocaustos sacrificaba Salomón sobre aquel altar. Biblia Nueva Traducción Viviente El más importante de esos lugares de culto se encontraba en Gabaón; así que el rey fue allí y sacrificó mil ofrendas quemadas. Biblia Católica (Latinoamericana) El rey se dirigió a Gabaón para ofrecer allí sacrificios, pues era el principal Lugar Alto. Salomón ofreció muchos sacrificios en ese altar, más de mil holocaustos. La Biblia Textual 3a Edicion Y el rey iba a Gabaón para ofrecer allí sacrificios, por ser el lugar alto más importante. Salomón llegó a ofrecer mil holocaustos sobre aquel altar. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Fue, pues, el rey a Gabaón para ofrecer sacrificios allí, por ser el lugar alto de mayor importancia. Salomón ofreció mil holocaustos sobre aquel altar. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el rey fue a Gabaón a sacrificar allí; porque aquél era el lugar alto principal: Mil holocaustos ofreció Salomón sobre aquel altar. |
se le apareció el Señor por segunda vez (la primera vez fue en Gabaón), y le dijo: «He oído tu oración. Y he santificado el templo que has edificado, y he puesto mi nombre en él para siempre. Continuamente velaré sobre él y me gozaré.
Al sacerdote Sadoc y a sus compañeros los encargó del santuario del Señor, que estaba en el cerro de Gabaón,
En ese tiempo, el santuario y el altar de los holocaustos que hizo Moisés en el desierto, estaban en el monte de Gabaón.
Salomón reunió en Gabaón a todos los oficiales del ejército, a los funcionarios del gobierno, a los jueces y a los jefes de las familias patriarcales de Israel. Los guio hacia la parte alta del cerro, donde estaba el antiguo santuario construido por Moisés, siervo del Señor, mientras el pueblo andaba por el desierto.
El rey Ezequías había dado al pueblo mil becerros para ofrendas y siete mil ovejas; y los príncipes donaron mil becerros y diez mil ovejas. Esta vez, muchos sacerdotes estuvieron dispuestos a purificarse.
Ni todos los bosques del Líbano contienen leña suficiente para consumir un sacrificio que baste para honrarlo, ni son suficientes todos sus animales para ofrecérselos a nuestro Dios.
Cierto día de diciembre del mismo año —el cuarto año del reinado de Sedequías, rey de Judá— Jananías, hijo de Azur, un falso profeta de Gabaón, habló en público en el templo cuando todos los sacerdotes y el pueblo escuchaban, y dijo:
tuvo miedo, porque Gabaón era una gran ciudad, tan grande como las ciudades reales y mucho más grande que Hai, y sus hombres eran conocidos como valientes.
que contaba además con veintiséis ciudades: Jericó, Bet Joglá, Émec Casís, Bet Arabá, Zemarayin, Betel, Avín, Pará, Ofra, Quefar Amoní, Ofni y Gueba, Gabaón, Ramá, Berot, Mizpa, Cafira, Mozá, Requen, Irpel, Taralá, Zela, Élef, Jebús (que es Jerusalén), Guibeá y Quiriat. Estas fueron las ciudades que recibió la tribu de Benjamín con todos los pueblos que las rodeaban.
Pero cuando el pueblo de Gabaón oyó lo ocurrido a Jericó y a Hai, decidieron usar una estratagema para salvarse. Enviaron embajadores a Josué vestidos con ropa muy gastada; como si vinieran de un largo viaje, con sandalias muy remendadas, monturas muy gastadas sobre sus burros, odres de vino muy viejos y secos, y pan enmohecido.