El hombre bueno se preocupa por el bienestar de sus animales, pero el hombre malo es cruel.
1 Juan 3:17 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Pero si alguien está bien económicamente y no ayuda a su hermano que está en necesidad, ¿cómo puede haber amor de Dios en él? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Biblia Nueva Traducción Viviente Si alguien tiene suficiente dinero para vivir bien y ve a un hermano en necesidad pero no le muestra compasión, ¿cómo puede estar el amor de Dios en esa persona? Biblia Católica (Latinoamericana) Si uno goza de riquezas en este mundo y cierra su corazón cuando ve a su hermano en apuros, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios? La Biblia Textual 3a Edicion Pero el que tiene bienes° en este mundo, y ve a su hermano en necesidad, y le cierra sus entrañas,° ¿cómo° podrá habitar el amor de Dios en él? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si uno tiene bienes del mundo y viendo que su hermano pasa necesidad le cierra sus entrañas, ¿cómo permanece en él el amor de Dios? Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano tener necesidad, y le cierra sus entrañas, ¿cómo mora el amor de Dios en él? |
El hombre bueno se preocupa por el bienestar de sus animales, pero el hombre malo es cruel.
El que oprime al pobre ofende a su Creador, pero honra a Dios quien se apiada del necesitado.
Servir al pobre es hacerle un préstamo al Señor; Dios pagará esas buenas acciones.
El que cierra sus oídos a los clamores del pobre no será escuchado cuando él tenga necesidad.
El que no presta atención a la ley aun sus oraciones son detestables.
Y Juan les contestaba: ―El que tiene dos trajes, debe compartir con el que no tiene ninguno. El que tiene comida, compártala con el que no tiene.
Ustedes ya conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo; aunque era rico, se hizo pobre por amor a ustedes, para que mediante su pobreza se enriquecieran ustedes.
No se olviden de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen, porque esos son los sacrificios que agradan a Dios.
Por ejemplo: un hermano o una hermana no tiene ropa para vestirse y tampoco tiene el alimento necesario para cada día.
Si uno de ustedes le dice: «Que te vaya bien, abrígate y come todo lo que quieras», pero no le da lo que necesita su cuerpo, ¿de qué le sirve?
Si alguno dice: «Amo a Dios», pero aborrece a su hermano, es un mentiroso. Si no ama al hermano que tiene delante, ¿cómo puede amar a Dios, a quien jamás ha visto?
Si creen ustedes que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios y el Salvador, ustedes son hijos de Dios. Y el que ama al padre ama también a los hijos.