Pero mientras hablaba, una nube resplandeciente los cubrió y una voz dijo desde la nube: «Este es mi Hijo amado; en él me complazco. Obedézcanlo».
1 Corintios 3:23 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Y ustedes son de Cristo y Cristo es de Dios. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente y ustedes pertenecen a Cristo, y Cristo pertenece a Dios. Biblia Católica (Latinoamericana) Y ustedes son de Cristo y Cristo es de Dios. La Biblia Textual 3a Edicion y vosotros del Mesías, y el Mesías, de Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y vosotros, de Cristo; y Cristo, de Dios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y vosotros sois de Cristo, y Cristo de Dios. |
Pero mientras hablaba, una nube resplandeciente los cubrió y una voz dijo desde la nube: «Este es mi Hijo amado; en él me complazco. Obedézcanlo».
Te ruego que todos estén unidos. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Al vivir o morir lo hacemos para el Señor. Sea que estemos vivos o que estemos muertos, somos del Señor.
Pero hay algo que deseo recordarles: Cristo es la cabeza de todo hombre, mientras que el hombre es cabeza de la mujer y Dios es la cabeza de Cristo.
Todo, sin embargo, en su debido orden: Cristo resucitó primero; luego, cuando venga Cristo, resucitará su pueblo.
Cuando por fin Cristo haya sometido todo, el Hijo mismo se pondrá a las órdenes del Padre, para que Dios tenga la supremacía absoluta.
Si eras esclavo y el Señor te llamó, recuerda que Cristo te libertó; si eras libre cuando te llamó, recuerda que eres ahora esclavo de Cristo.
para nosotros sólo hay un Dios: el Padre, de quien vienen todas las cosas y quien nos hizo para él; y sólo hay un Señor: Jesucristo, quien lo creó todo y nos da vida.
Fíjense en lo que tienen a la vista. Si alguien puede afirmar que le pertenece a Cristo, lo mismo podemos decir nosotros.
Y si ustedes son de Cristo, son la verdadera descendencia de Abraham y herederos de las promesas que Dios le hizo.
Los que pertenecen a Cristo han clavado en la cruz su naturaleza pecaminosa.
Cuando llegue el tiempo preciso, Dios reunirá todas las cosas —las que están en el cielo y en la tierra— bajo una cabeza, Cristo.