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Mateo 23:8 - Biblia Version Moderna (1929)

Mas no seáis vosotros llamados Rabbí; porque uno solo es vuestro Maestro, el Cristo; y vosotros todos sois hermanos.

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Biblia Reina Valera 1960

Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»Pero ustedes, no permitan que nadie los llame “Rabí”, porque tienen un solo maestro y todos ustedes son hermanos por igual.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Lo que es ustedes, no se dejen llamar Maestro, porque no tienen más que un Maestro, y todos ustedes son hermanos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero vosotros no seáis llamados Rabbí, porque uno solo es vuestro Maestro,° y todos vosotros sois hermanos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero vosotros no permitáis que os llamen rabbí; porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Mas vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos.

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Mateo 23:8
34 Tagairtí Cros  

Le basta al discípulo ser como su Maestro, y al siervo ser como su Señor; si al padre de familias le llamaron diablo, ¿cuánto más a los de su casa?


Todavía hablaba él, cuando, he aquí, una nube de luz que les cubrió; y he aquí una voz salía de la nube que decía: ¡Éste es mi amado Hijo, en quien tengo mi complacencia! ¡oídle a él!


Ni seáis vosotros llamados directores; porque uno solo es vuestro Director, el Cristo.


las salutaciones en las plazas, y ser llamados por los hombres, Rabbí.


Entonces respondiendo Judas, el mismo que le entregaba, dijo:  ¿Acaso soy yo, Rabbí? Dícele Jesús:  Tú lo has dicho.


Y luego, llegándose a Jesús, le dijo:  ¡Dios te guarde, Rabbí! y le besó.


Y respondiéndole Jesús, dijo ¿Qué quieres que yo te haga? El ciego le dijo: ¡Rabboni, que yo vea otra vez!


Y acordándose Pedro, le dijo:  Mira, Rabbí, la higuera que maldijiste se ha secado.


Y cuando hubo venido, en el acto se llega a él, y le dice: ¡Rabbí! y le besó repetidas veces.


Y respondiendo Pedro, dice a Jesús: ¡Rabbí, bueno es que nos estemos aquí! hagamos, pues, tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías:


Mas yo he rogado por ti, para que tu fe no falte; y tú, vuelto á mí, fortalece a tus hermanos.


Volviéndose entonces Jesús, y viendo que le seguían, les dice: ¿Qué buscáis? Ellos le dicen: Rabbí (que traducido quiere decir, Maestro), ¿dónde moras?


Natanael le respondió: ¡Rabbí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel!


Dijéronle los discípulos: Rabbí, hace poco que procuraban los judíos apedrearte! ¿y vas allá otra vez?


Le dice Jesús: ¡María! Volviéndose ella, le dice en hebreo: ¡Rabboni! que quiere decir: Maestro.


Éste vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabbí, sabemos que eres un maestro venido de Dios; porque nadie puede hacer estos milagros que tú haces, a menos que Dios esté con él.


y vinieron a Juan y le dijeron: Rabbí el que estaba contigo más allá del Jordán, de quien tú has dado testimonio, he aquí que él bautiza, y todos van a él.


En el entretanto le rogaban los discípulos, diciendo: Rabbí, come.


Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabbí ¿cuándo viniste acá?


Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabbí ¿quién pecó, éste o sus padres, para haber nacido ciego?


No que tengamos señorío sobre vuestra fe, sino que somos ayudadores de vuestro gozo: porque por la fe estáis en pie.


Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús, el Señor, y a nosotros, como siervos vuestros, por amor de Jesús.


de quien toma nombre toda la familia en los cielos, y en la tierra,


ya no como siervo, sino más que siervo, como hermano amado, especialmente a mí, pero cuánto mas a ti, siendo tuyo no sólo en la carne, sino en el Señor.


NO os hagáis muchos de vosotros maestros, hermanos míos, sabiendo que así recibiremos más riguroso juicio;


ni tampoco como si tuvieseis señorío sobre la herencia de Dios, sino al contrario, como siendo dechados de la grey;


¶Yo Juan, vuestro hermano, y participante con vosotros en la tribulación, y en el reino y la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, a causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús.


Y caí a sus pies para adorarle. Y me dijo: ¡Guárdate de hacerlo! yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos, que mantienen el testimonio de Jesús. ¡Adora a Dios! porque el testimonio de Jesús es el espíritu de profecía.


Y él me dijo: ¡Guárdate de hacerlo; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro! ¡Adora a Dios!