¶Y Eliseo se volvió a Gilgal. Había entonces hambre en el país; y estando los hijos de los profetas sentados delante de él, dijo a su criado: Pon la olla grande, y cuece potaje para los hijos de los profetas.
Lucas 10:39 - Biblia Version Moderna (1929) Y ésta tenía una hermana llamada María, la cual, habiéndose sentado a los pies de Jesús, escuchaba su palabra. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Biblia Nueva Traducción Viviente Su hermana María se sentó a los pies del Señor a escuchar sus enseñanzas, Biblia Católica (Latinoamericana) Tenía una hermana llamada María, que se sentó a los pies del Señor y se quedó escuchando su palabra. La Biblia Textual 3a Edicion Y ésta tenía una hermana llamada Miriam,° la cual,° sentada a los pies del Señor, oía su palabra. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tenía ella una hermana, llamada María, la cual, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. |
¶Y Eliseo se volvió a Gilgal. Había entonces hambre en el país; y estando los hijos de los profetas sentados delante de él, dijo a su criado: Pon la olla grande, y cuece potaje para los hijos de los profetas.
¡Bienaventurado el hombre que me escucha, velando diariamente a mis umbrales, aguardando a los postes de mis puertas!
mas una sola cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, que no le será quitada.
Y sucedió que tres días después le hallaron en el Templo, sentado en medio de los doctores, oyéndoles y preguntándoles.
Y salieron las gentes a ver lo que había acontecido: y vinieron a Jesús, y hallaron al hombre de quien habían salido los demonios, a los pies de Jesús, sentado, vestido, y en su juicio cabal; y tuvieron temor.
ESTABA enfermo cierto hombre, llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana.
y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas de su hermano.
Entonces María, tomando una libra de ungüento de nardo puro, muy precioso, ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos: y se llenó la casa del olor del ungüento.
Yo soy judío, nacido en Tarso, en Cilicia, pero educado en esta ciudad, a los pies de Gamaliel, instruído por él conforme a lo más riguroso de la ley de nuestros padres, siendo celoso por Dios, así como vosotros lo sois el día de hoy.
Ciertamente él ha amado a nuestras tribus; todos sus santos están en tu mano; y ellos se sentaron a tus pies; cada uno recibió tus palabras.