Y mandó José a sus siervos, los médicos, que embalsamasen a su padre; y embalsamaron los médicos a Israel.
Juan 19:39 - Biblia Version Moderna (1929) Vino también Nicodemo, aquel que la vez primera vino a Jesús de noche, trayendo una mixtura de mirra y de áloes, como cien libras. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, vino trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras. Biblia Nueva Traducción Viviente Lo acompañó Nicodemo, el hombre que había ido a ver a Jesús de noche. Llevó consigo unos treinta y tres kilos de ungüento perfumado, una mezcla de mirra y áloe. Biblia Católica (Latinoamericana) También fue Nicodemo, el que había ido de noche a ver a Jesús, llevando unas cien libras de mirra perfumada y áloe. La Biblia Textual 3a Edicion También había ido Nicodemo (el que al principio acudió a Él de noche°), llevando una mezcla de mirra y áloe como de cien libras. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Llegó también Nicodemo, aquel que al principio fue a buscar a Jesús de noche, con una mezcla de mirra y áloe como de unas cien libras de peso. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y vino también Nicodemo, el que antes había venido a Jesús de noche, trayendo un compuesto de mirra y de áloe, como cien libras. |
Y mandó José a sus siervos, los médicos, que embalsamasen a su padre; y embalsamaron los médicos a Israel.
y le sepultaron en una de sus propias sepulturas, que él había hecho labrar para sí en la ciudad de David; y le acostaron en una cama que estaba llena de especias aromáticas, y de diferentes géneros de ungüentos confeccionados por obra de los perfumistas; e hicieron por él una quema muy imponente.
Mirra y lináloe y casia exhalan todos tus vestidos; desde los palacios de marfil sonidos melodiosos te recrean.
Como manojito de mirra es para mí el amado mío. entre mis pechos reposará.
nardo y azafrán, cálamo aromático y canela, con todos los árboles del olíbano; mirra y áloes, con todos los aromas más excelentes.
¡Hasta que refresque el día y declinen las sombras de la tarde, iréme al monte de la mirra, y a la colina del olíbano!
no quebrará la caña cascada, ni apagará el pabilo que humea, hasta que saque a victoria el juicio:
Pero muchos que son primeros serán postreros, y muchos postrerosserán primeros.
Y entrando en la casa, hallaron al niño, con su madre María; y cayendo en tierra, le tributaron homenaje: y abriendo sus tesoros, le ofrecieron dones: oro, olíbano y mirra.
Y CUANDO el sábado hubo pasado, María Magdalena, y María madre de Santiago, y Salomé compraron drogas aromáticas para ir a ungirle.
Entonces María, tomando una libra de ungüento de nardo puro, muy precioso, ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos: y se llenó la casa del olor del ungüento.
Jesús entonces le dijo: Dejadla; para el día de mi sepultura ella ha guardado esto.