Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Génesis 18:12 - Biblia Version Moderna (1929)

Rióse pues Sara consigo misma, diciendo: ¿Después de envejecida he de tener placer, siendo viejo mi señor también?

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Se rio, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Así que se rio en silencio dentro de sí misma, y dijo: «¿Cómo podría una mujer acabada como yo disfrutar semejante placer, sobre todo cuando mi señor —mi esposo— también es muy viejo?».

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Sara se rió, mientras pensaba: 'Ahora que soy anciana, ¿haré el amor con mi marido que es tan viejo?'

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Y se rió Sara en sus adentros, diciendo: ¿Después de mi menopausia he de tener placer, siendo mi señor° anciano?

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Rióse, pues, Sara en su interior, pensando: '¿Voy a conocer yo el placer, ahora que ya estoy desgastada y con un marido viejo?'.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Génesis 18:12
12 Tagairtí Cros  

Entonces Abraham cayó sobre su rostro y rióse, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿y Sara, mujer de noventa años, ha de parir?


Y dijo Jehová a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara, diciendo: ¿Será cierto que yo he de parir, ahora que he envejecido?


Y él le dijo: A este tiempo el año que viene tú abrazarás un hijo. Mas ella respondió: No, señor mío, varón de Dios, no digas mentira a tu sierva.


Entonces se llenó nuestra boca de risa, y nuestra lengua de alabanza; entonces decían entre las naciones: ¡Grandes cosas ha hecho Jehová por ellos!


y así se prendará el Rey de tu hermosura: porque él es tu Señor; por tanto inclínate ante él.


Sin embargo, en cuanto a vosotros también, amad cada uno individualmente a su propia mujer como a sí mismo; y vea la mujer que reverencie a su marido.


Así como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; cuyas hijas sois vosotras, si hacéis bien, y no teméis a causa de ningún terror.


Entonces vino la mujer, al rayar la mañana, y dejóse caer a la puerta de la casa del hombre en donde estaba su señor, hasta que aclaró el día.