Entonces le dijeron sus siervos: He aquí tenemos entendido de los reyes de la casa de Israel, que son reyes benignos. Rogámoste pues que nos pongamos sacos sobre los lomos, y sogas al cuello, y salgamos al rey de Israel; acaso te perdonará la vida.
Ester 7:3 - Biblia Version Moderna (1929) A lo cual respondió la reina Ester y dijo: ¡Si he hallado gracia en tus ojos, oh rey, y si al rey le place, séame concedida mi vida por mi petición, y mi pueblo por mi demanda! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces la reina Ester respondió y dijo: Oh rey, si he hallado gracia en tus ojos, y si al rey place, séame dada mi vida por mi petición, y mi pueblo por mi demanda. Biblia Nueva Traducción Viviente La reina Ester contestó: —Si he logrado el favor del rey, y si al rey le agrada conceder mi petición, pido que mi vida y la vida de mi pueblo sean libradas de la muerte. Biblia Católica (Latinoamericana) La reina Ester respondió al rey: 'Si me quiere hacer un favor y si el rey lo estimare conveniente, pido que se me conceda la vida, deseo que se la conceda a mi pueblo. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces la reina Ester respondió y dijo: Oh rey, si he hallado gracia ante tus ojos, y si ello place al rey, ¡concédase mi vida por mi petición y la de mi pueblo por mi demanda! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Respondió la reina Ester y dijo: 'Si gozo de tu favor, oh rey, y si al rey le parece bien, que se me conceda la vida según mi deseo, y la de mi pueblo según mi petición. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces la reina Esther respondió y dijo: Oh rey, si he hallado gracia en tus ojos, y si le place al rey, me sea dada mi vida por mi petición, y mi pueblo por mi demanda. |
Entonces le dijeron sus siervos: He aquí tenemos entendido de los reyes de la casa de Israel, que son reyes benignos. Rogámoste pues que nos pongamos sacos sobre los lomos, y sogas al cuello, y salgamos al rey de Israel; acaso te perdonará la vida.
Entonces el rey volvió a enviar un tercer capitán de cincuenta hombres con sus cincuenta. Mas subió el tercer capitán de cincuenta, y llegado que hubo, hincóse de rodillas ante Elías, y rogóle les tuviese piedad, diciéndole: ¡Oh varón de Dios, ruégote que mi vida, y la vida de estos tus cincuenta siervos, sea preciosa en tu vista!
Dióle también copia del escrito de la ley que se había promulgado en Susán para exterminarlos; a fin de que la mostrase a Ester, y la impusiese de todo aquello, y para que le encargase que entrara adonde estaba el rey, para pedirle que tuviese compasión, y para hacer súplica a favor de su pueblo.
(si he hallado gracia en los ojos del rey, y si pluguiere al rey conceder mi petición y hacer mi demanda), es que venga el rey, y Hamán con él, al banquete que voy a hacerles; y mañana haré conforme a lo que pide el rey.
Y el rey se levantó en ira del banquete de vino, y se fué al jardín del palacio: entretanto Hamán se puso en pie para rogar por su vida delante de la reina Ester; pues vió que había sido determinado el mal contra él de parte del rey.
y dijo: Si al rey le place, y si yo he hallado gracia en sus ojos, y si la propuesta pareciere acertada al rey, escríbase revocando las cartas que autorizan el designio de Hamán hijo de Hamedata, agagueo, las cuales él escribió para destruir a todos los Judíos que están en todas las provincias del rey;
A lo cual Satanás respondió a Jehová, diciendo: ¡Piel por piel; que todo cuanto tiene el hombre lo dará por su vida!
entonces les responderás: Yo presentaba mi petición delante del rey, para que no me hiciese volver a casa de Jonatán, para morir allí.