¡Aullad, porque cercano está el día de Jehová! vendrá como golpe poderoso, de parte del Todopoderoso.
Apocalipsis 22:10 - Biblia Version Moderna (1929) ¶Y díjome: No selles las palabras de la profecía de este libro; porque el tiempo está cerca. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces me indicó: «No selles las palabras proféticas de este libro porque el tiempo está cerca. Biblia Católica (Latinoamericana) También me dijo: 'No pongas en lenguaje cifrado los mensajes proféticos de este libro, porque el tiempo está cerca. La Biblia Textual 3a Edicion Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este rollo, porque el tiempo está cerca. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y añadió: 'No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. |
¡Aullad, porque cercano está el día de Jehová! vendrá como golpe poderoso, de parte del Todopoderoso.
Por tanto diles: Ya hago cesar este refrán, para que no se use más este refrán en Israel. Al contrario, diles: Han llegado los días, y el efecto de cada visión;
Tú empero, oh Daniel, cierra estas palabras, y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia será aumentada.
Mas él respondió: Anda, Daniel; que estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin.
Y la visión de la tarde y de la mañana que queda referida es verdadera; pero cierra tú la visión, porque es reservada para muchos días.
Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo que oís al oído, pregonadlo desde los terrados.
Y hagamos esto, conociendo el tiempo, que es ya hora que despertemos del sueño; porque ahora la salvación está más cercana que cuando por primera vez creímos.
La noche está muy avanzada, y el día se acerca; desechemos pues las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz.
No dejéis que nadie os engañe en manera alguna; porque ese día no puede venir, sin que venga primero la apostasía, y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición;
¶Pero el fin de todas las cosas se acerca; sed pues sobrios, y vigilantes en las oraciones:
que decía: Lo que tú ves, escríbelo en un libro, y envíalo a las siete iglesias: a Efeso, y a Esmirna, y a Pérgamo y a Tiatira, y a Sardis, y a Filadelfia y a Laodicea.
Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de la profecía, y guardan las cosas que en ella están escritas; porque el tiempo está cerca.
Y cuando hubieron hablado los siete truenos, yo iba a escribir, cuando oí una voz procedente del cielo, que decía: Sella las cosas que hablaron los siete truenos, y no las escribas.
¶Yo Jesús he enviado mi ángel para dar testimonio de estas cosas a las iglesias. Yo soy la raíz y el vástago de David, la estrella resplandeciente de la mañana.
¶Yo testifico a cada uno que oye las palabras de la profecía de este Libro: ¡Si alguno pusiere adición a ellas, pondrá Dios sobre él las plagas que están escritas en este libro:
¶El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente yo vengo presto. Amén. ¡Ven, Señor Jesús!
He aquí, yo vengo presto. Bienaventurado aquel que guarda las palabras de la profecía de este libro.
Y él me dijo: ¡Guárdate de hacerlo; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro! ¡Adora a Dios!
Y VÍ en la diestra de aquel que estaba sentado sobre el trono, el rollo de un libro, escrito por dentro y por fuera, y cerrado apretadamente con siete sellos.