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2 Reyes 7:3 - Biblia Version Moderna (1929)

¶Había pues cuatro hombres leprosos a la entrada de la puerta de la ciudad, los cuales dijeron unos a otros: ¿Qué hacemos sentados aquí hasta que muramos?

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Biblia Reina Valera 1960

Había a la entrada de la puerta cuatro hombres leprosos, los cuales dijeron el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Sucedió que había cuatro hombres con lepra sentados en la entrada de las puertas de la ciudad. «¿De qué nos sirve sentarnos aquí a esperar la muerte? —se preguntaban unos a otros—.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Cuatro leprosos que estaban cerca de la puerta de la ciudad, se dijeron unos a otros: '¿Para qué nos quedamos aquí esperando la muerte?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y había cuatro leprosos a la entrada de la puerta que se habían dicho: ¿Por qué nos quedamos aquí hasta morir?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

A la entrada de la puerta había cuatro leprosos que se decían unos a otros: '¿Para qué estamos sentados aquí esperando la muerte?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y había cuatro hombres leprosos a la entrada de la puerta, los cuales se dijeron el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos?

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2 Reyes 7:3
9 Tagairtí Cros  

Y NAAMÁN, jefe del ejército del rey de Siria, era un grande hombre para con su señor, y en alta estimación; pues que por su medio Jehová había salvado la Siria; y este hombre era guerrero esforzado; mas era leproso.


Si dijéremos: Entremos en la ciudad, el hambre está dentro de la ciudad, y moriremos allí: y si nos sentamos aquí, moriremos también: ahora pues, pasémonos al campamento de los Siros: si ellos nos concedieren la vida, viviremos; y si nos hicieren morir, tan sólo moriremos.


Y el rey estaba hablando con Giezi, criado del varón de Dios, y le había dicho: Ruégote me refieras todas las maravillas que ha hecho Eliseo.


¿Por qué querréis morir, tú y tu pueblo, a espada y por hambre y por peste; según lo ha dicho Jehová, respecto de la nación que no quisiere servir al rey de Babilonia?


Dirán: ¿Por qué nos quedamos sentados? Congregaos, y entremos en las ciudades fortificadas, y estaremos allí callados; puesto que Jehová nuestro Dios nos ha reducido a silencio, y nos ha dado a beber agua de hiel, por haber pecado contra Jehová.


Y la nube se apartó de sobre el Tabernáculo; y ¡he aquí que María era leprosa, blanca como la nieve! Y Aarón volvió el rostro hacia María, y ¡he aquí que era leprosa!


¶Mas Jehová respondió a Moisés: Si su padre le hubiera apenas escupido en la cara, ¿no se avergonzaría ella por siete días? Sea excluída del campamento por siete días, y después sea recogida.