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Rut 3:9 - Biblia Martin Nieto

'¿Quién eres tú?', preguntó. Ella respondió: 'Soy Rut, tu sierva; extiende tu manto sobre mí, porque tienes el derecho de levirato'.

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Biblia Reina Valera 1960

Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Rut tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

—¿Quién eres? —preguntó. —Soy Rut, su sierva —contestó ella—. Extienda sobre mí el borde de su manto ya que usted es el redentor de mi familia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Como le preguntara quién era, ella le respondió: 'Soy Rut, tu sirvienta. Tápame con tu manta, pues tú debes rescatarme.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces él dijo: ¿Quién eres tú? Y ella respondió: Soy Rut, tu sierva; extiende el borde de tu manto° sobre tu sierva, porque redentor° mío eres.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Él le preguntó: '¿Quién eres tú?'. Ella le respondió: 'Yo soy Rut, tu sierva; extiende sobre tu sierva el borde de tu manto, porque eres el que tiene derecho de rescate'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Ruth tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente redentor.

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Rut 3:9
10 Tagairtí Cros  

Yo pasé junto a ti y te vi. Estabas ya en la edad del amor; entonces extendí el vuelo de mi manto sobre ti y recubrí tu desnudez; luego te presté juramento, me uní en alianza contigo, dice el Señor Dios, y tú fuiste mía.


Porque el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado'.


Noemí exclamó: 'Que el Señor te bendiga; el Señor que es ahora bueno con nosotros, como antes lo fue con los muertos. Ese hombre es pariente nuestro, uno de los que tienen derecho de levirato sobre nosotras'.


Él replicó: 'Hija mía; este segundo acto de piedad es todavía mejor que el primero, pues no has buscado ningún joven, rico o pobre.


Sí, es cierto que soy tu pariente, pero hay otro pariente más próximo que yo.


Ya de madrugada, Booz se sobresaltó e, incorporándose, vio una mujer acostada a sus pies.


He determinado informarte para decirte: Cómpralo en presencia de los ancianos de la ciudad. Si quieres comprarlo, cómpralo; si no, dímelo, porque antes de ti no hay ninguno que pueda comprarlo, y yo soy el segundo'. Él respondió: 'Lo compraré'.


El pariente contestó: 'No puedo comprarlo por no perjudicar a mis herederos; usa tú de mi derecho de levirato, pues yo no puedo'.


Ella se levantó, se postró rostro en tierra y dijo: 'Tu sierva es como una esclava para lavar los pies de los siervos de mi señor'.