Yo haré de ti un gran pueblo; te bendeciré y engrandeceré tu nombre. Tú serás una bendición:
Proverbios 10:22 - Biblia Martin Nieto La bendición del Señor es lo que enriquece, nuestro esfuerzo no le añade nada. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 La bendición de Jehová es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella. Biblia Nueva Traducción Viviente La bendición del Señor enriquece a una persona y él no añade ninguna tristeza. Biblia Católica (Latinoamericana) Lo que enriquece es la bendición de Yavé; tus esfuerzos no le añaden nada. La Biblia Textual 3a Edicion La bendición de YHVH es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella. Biblia Serafín de Ausejo 1975 La bendición de Yahveh es la que enriquece; junto a ella el esfuerzo nada significa. Biblia Reina Valera Gómez (2023) La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella. |
Yo haré de ti un gran pueblo; te bendeciré y engrandeceré tu nombre. Tú serás una bendición:
ni siquiera un hilo, ni una correa de tu zapato. Así no podrás decir: Yo he enriquecido a Abrán.
El Señor ha colmado de bendiciones a mi amo y le ha enriquecido mucho; le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, criados y criadas, camellos y asnos.
Isaac sembró la tierra donde estaba, y aquel año recolectó cien veces más. ¡Tanto le bendijo el Señor!
Se enriqueció y se fue enriqueciendo más y más, hasta llegar a ser riquísimo.
Y añadirás: Esto dice el Señor: En el mismo lugar en que los perros han lamido la sangre de Nabot, lamerán también la tuya'.
Yabés invocó al Dios de Israel, diciendo: 'Bendíceme, ensancha mi territorio, ayúdame, aleja de mí el infortunio y pon fin a mi aflicción'. Dios le concedió todo lo que había pedido.
Amasías contestó al hombre de Dios: '¿Y los tres mil cuatrocientos kilos de plata que he entregado a las tropas de Israel?'. El hombre de Dios respondió: 'Mucho más que eso puede darte el Señor'.
Ezequías fue muy rico y famoso. Atesoró una gran cantidad de plata, oro, piedras preciosas, aromas, escudos y toda clase de objetos valiosos.
Edificó ciudades y tuvo gran cantidad de ganado mayor y menor, pues el Señor le dio riquezas inmensas.
Dios los bendice, ellos prosperan, y hace que se multipliquen sus ganados.
De nada os sirve levantaros pronto, acostaros tarde y comer el pan ganado con sudores, cuando Dios se lo da a sus amigos aunque duerman.
Los que el Señor bendice heredarán la tierra, los que maldice serán exterminados.
La corona de los sabios es su sabiduría, la diadema de los necios es su insensatez.
El hombre avaro corre detrás de las riquezas y no se da cuenta de que la miseria va a caer sobre él.
Al cabo de este tiempo su rostro apareció más bello y su aspecto más rollizo que el de todos los jóvenes que comían los manjares del rey.
Yo lanzo la maldición, palabra del Señor todopoderoso, para que vaya a casa del ladrón y a casa del que jura en falso, permanezca en medio de su casa y consuma sus maderas y sus piedras'.
Y ahora aquí traigo las primicias de los frutos de la tierra que el Señor me ha dado. Las dejarás delante del altar del Señor, tu Dios, y te postrarás en su presencia.
El Señor, tu Dios, te hará abundar en bienes: en el fruto de tus entrañas, en el fruto de tus ganados y en el producto de la tierra, de esta tierra que a tus padres juró darte.
Y vosotros, ojo con que toméis nada de lo que hay en la ciudad y ha sido entregado al exterminio en honor del Señor, porque eso sería exponer al exterminio el campamento de Israel acarreándole la desgracia.