Cuando Eliseo, el hombre de Dios, se enteró de que el rey había rasgado sus vestiduras, le mandó a decir: '¿Por qué has rasgado tus vestiduras? Que venga a mí y sabrá que en Israel hay un profeta'.
Mateo 9:33 - Biblia Martin Nieto Jesús echó al demonio, y el mudo empezó a hablar. Las gentes decían maravilladas: 'Jamás se ha visto cosa semejante en Israel'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y la gente se maravillaba, y decía: Nunca se ha visto cosa semejante en Israel. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Jesús expulsó al demonio y después el hombre comenzó a hablar. Las multitudes quedaron asombradas. «¡Jamás sucedió algo así en Israel!», exclamaron. Biblia Católica (Latinoamericana) Jesús echó al demonio, y el mudo empezó a hablar. La gente quedó maravillada y todos decían: 'Jamás se ha visto cosa igual en Israel. La Biblia Textual 3a Edicion Y echado fuera el demonio, el mudo habló, y la multitud, asombrada, exclamó: ¡Nunca se vio cosa igual en Israel! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Una vez arrojado el demonio, habló el mudo. La gente quedó admirada y decía: 'Jamás en Israel se ha visto nada semejante'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y las multitudes se maravillaban, y decían: Jamás se había visto cosa semejante en Israel. |
Cuando Eliseo, el hombre de Dios, se enteró de que el rey había rasgado sus vestiduras, le mandó a decir: '¿Por qué has rasgado tus vestiduras? Que venga a mí y sabrá que en Israel hay un profeta'.
Al maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Salmo de Asaf. Cántico
Saltará el cojo como un ciervo, la lengua del mudo gritará de júbilo, porque en el desierto brotarán corrientes de agua, y torrentes en la estepa;
Tú realizaste maravillas y prodigios en Egipto y luego en Israel y entre todos los hombres hasta el día de hoy, y te has hecho famoso.
Jesús, al oírlo, quedó admirado y dijo a los que lo seguían: 'Os aseguro que en Israel no he encontrado a nadie con una fe como ésta.
El paralítico se levantó, cargó inmediatamente con la camilla y salió a la vista de todos. Todos se quedaron sobrecogidos y glorificaron a Dios, diciendo: 'Jamás hemos visto cosa igual'.
Acababa de expulsar a un demonio que había dejado mudo a un hombre. Cuando el demonio se fue, el mudo habló. La gente se quedó asombrada.
Al oírlo, quedó admirado y dijo a los que lo seguían: 'Os aseguro que ni en Israel he encontrado una fe como ésta'.