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Mateo 7:28 - Biblia Martin Nieto

Cuando acabó Jesús estos discursos, la gente se quedó atónita de su doctrina,

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Biblia Reina Valera 1960

Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando Jesús terminó de decir esas cosas, las multitudes quedaron asombradas de su enseñanza,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Cuando Jesús terminó este discurso, la gente estaba admirada de cómo enseñaba,

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y sucedió que cuando Jesús terminó estas palabras, las multitudes quedaron asombradas de su enseñanza,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Cuando acabó Jesús estos discursos, la gente se quedó maravillada de su manera de enseñar;

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y fue que, cuando Jesús hubo acabado estas palabras, la gente se maravillaba de su doctrina;

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Mateo 7:28
18 Tagairtí Cros  

Mi corazón rebosa de palabras bellas, voy a recitar mis versos en honor del rey, mi lengua es como la pluma de un escritor experto.


Cuando Jesús acabó de dar estas instrucciones a sus doce discípulos, se fue de allí para enseñar y predicar en aquellos pueblos.


Cuando acabó de decir estas cosas, Jesús salió de Galilea y se fue a Judea, al otro lado del Jordán.


Al oírlo, la gente se admiraba de su doctrina.


Cuando Jesús terminó todos estos razonamientos, dijo a sus discípulos:


Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se precipitaron sobre ella, y la casa se cayó y se arruinó totalmente'.


porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como sus maestros de la ley.


Todos se maravillaban de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los maestros de la ley.


Los sumos sacerdotes y los maestros de la ley, al enterarse, buscaron el modo de acabar con él, pues le tenían miedo porque toda la gente estaba asombrada de su doctrina.


El sábado se puso a enseñar en la sinagoga, y la gente, al oírlo, decía asombrada: '¿De dónde le viene a éste todo esto? ¿Cómo tiene tal sabiduría y hace tantos milagros?


pero no sabían cómo hacerlo, porque todo el pueblo estaba pendiente de él escuchándole.


Todos los que le oían estaban admirados de su inteligencia y de sus respuestas.


Todos daban su aprobación y, admirados de las palabras tan hermosas que salían de su boca, decían: '¿No es éste el hijo de José?'.


Y ellos se asombraban de su doctrina porque hablaba con autoridad.


Cuando terminó de hablar a la gente, entró en Cafarnaún.


Los judíos se quedaban sorprendidos y decían: '¿Cómo sabe tanto sin haber estudiado?'.


Los guardias respondieron: 'Nadie habló jamás como habla este hombre'.