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Mateo 24:29 - Biblia Martin Nieto

'En aquellos días, después de esta angustia, el sol se oscurecerá, la luna no alumbrará, las estrellas caerán del cielo y las columnas del cielo se tambalearán.

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Biblia Reina Valera 1960

E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»Inmediatamente después de la angustia de esos días, “El sol se oscurecerá, la luna no dará luz, las estrellas caerán del cielo, y los poderes de los cielos serán sacudidos” .

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Después de esos días de angustia, el sol se oscurecerá, la luna perderá su brillo, caerán las estrellas del cielo y se bambolearán los mecanismos del universo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol será oscurecido y la luna no dará su resplandor; las estrellas caerán del cielo° y las potencias de los cielos serán conmovidas:

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se obscurecerá y la luna no dará su brillo, las estrellas caerán del cielo y el mundo de los astros se desquiciará.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.

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Mateo 24:29
21 Tagairtí Cros  

antes que se oscurezca el sol y la luz, la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes después de la lluvia;


Las estrellas del cielo y sus constelaciones ya no alumbrarán; el sol se oscurecerá desde que sale, la luna ya no enviará su luz.


La luna enrojecerá, se avergonzará el sol; porque el Señor omnipotente reinará en el monte Sión, en Jerusalén, y ante sus ancianos brillará su gloria.


Todo el ejército de los cielos se disuelve, los cielos se enrollan como un libro, y todo su ejército se amustia, como se amustia el follaje de la vid, como las hojas mustias de la higuera.


Ante ellos tiembla la tierra, se estremecen los cielos; el sol y la luna se oscurecen y las estrellas pierden su brillo.


¿No es tiniebla el día del Señor y no luz; oscuridad en la cual no hay resplandor?


En aquel día, dice el Señor Dios, haré ponerse el sol al mediodía y en pleno día oscureceré la tierra.


Porque entonces habrá una angustia tan grande como no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora ni la habrá jamás.


Eso será sólo el comienzo de los dolores.


El día del Señor vendrá como ladrón: los cielos se desintegrarán entonces con gran estrépito, los elementos del mundo quedarán hechos ceniza y la tierra con todo cuanto hay en ella desaparecerá.


El cuarto ángel tocó la trompeta, y la tercera parte del sol, la tercera parte de la luna y la tercera parte de las estrellas quedaron heridas de muerte de tal manera que se oscureció la tercera parte de las mismas y el día perdió una tercera parte de su esplendor, lo mismo que la noche.