Me enseñarás el camino de la vida, plenitud de gozo en tu presencia, alegría perpetua a tu derecha.
Mateo 17:4 - Biblia Martin Nieto Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: 'Señor, qué bien se está aquí. Si quieres, hago aquí tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. Biblia Nueva Traducción Viviente Pedro exclamó: «Señor, ¡es maravilloso que estemos aquí! Si deseas, haré tres enramadas como recordatorios: una para ti, una para Moisés y la otra para Elías». Biblia Católica (Latinoamericana) Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: 'Señor, ¡qué bueno es que estemos aquí! Si quieres, levantaré aquí tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces intervino Pedro y dijo a Jesús: ¡Señor, bueno es quedarnos aquí! Si quieres, haré° aquí tres enramadas: una para ti, una para Moisés, y otra para Elías. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tomando Pedro la palabra, dijo a Jesús: '¡Señor, qué bueno sería quedarnos aquí! Si quieres, levantaré aquí tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces respondiendo Pedro, dijo a Jesús: Señor, bueno es que nos quedemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres tabernáculos; uno para ti, uno para Moisés, y uno para Elías. |
Me enseñarás el camino de la vida, plenitud de gozo en tu presencia, alegría perpetua a tu derecha.
¡Qué felicidad! ¡Qué belleza! El trigo dará vigor a los jóvenes, y el mosto a las jóvenes.
Cuando éstos se alejaban de Jesús, Pedro dijo: 'Maestro, ¡qué bien se está aquí! Hagamos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías'. No sabía lo que decía.
Padre, yo quiero que también los que me has confiado estén conmigo donde yo estoy, para que vean mi gloria, que me has dado, porque antes de la creación del mundo ya me amabas.
Me siento apremiado por ambas partes: por una, deseo la muerte para estar con Cristo, lo que es mejor para mí;
Queridos míos, desde ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal y como es.
La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que la iluminen, porque la gloria de Dios la ilumina, y su lámpara es el cordero.