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Mateo 12:35 - Biblia Martin Nieto

El hombre bueno, de su bondad saca buenas cosas; y el hombre malo, de su maldad saca cosas malas.

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Biblia Reina Valera 1960

El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Una persona buena produce cosas buenas del tesoro de su buen corazón, y una persona mala produce cosas malas del tesoro de su mal corazón.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

El hombre bueno saca cosas buenas del bien que guarda dentro, y el que es malo, de su mal acumulado saca cosas malas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

El hombre bueno, del tesoro bueno° saca cosas buenas; y el hombre malo, del tesoro malo saca cosas malas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

El hombre bueno de su buen tesoro saca lo bueno; y el hombre malo de su mal tesoro saca lo malo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas.

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Mateo 12:35
17 Tagairtí Cros  

Ellos te instruirán, te hablarán, y de su corazón sacarán estas frases:


Las palabras de los criminales son redes sangrientas, pero los hombres rectos, con sus respuestas, se libran de ellas.


¡Raza de víboras! ¿Cómo podéis vosotros hablar de cosas buenas, siendo malvados? Porque de lo que rebosa el corazón habla la boca.


Y él les dijo: 'Por eso, el maestro de la ley que se ha hecho discípulo del reino de Dios es como el amo de la casa que saca de su tesoro cosas nuevas y viejas'. [*]_


Así también, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos'.


El hombre bueno saca el bien de la bondad que atesora en su corazón, y el malo saca el mal de la maldad que tiene, porque de la abundancia del corazón habla la boca'.


No digáis palabras groseras; que vuestro lenguaje sea bueno, edificante y oportuno, para que hagáis bien a los que os escuchan.


Que la palabra de Cristo viva entre vosotros con toda su riqueza. Enseñaos y aconsejaos unos a otros con talento. Con profundo agradecimiento cantad a Dios salmos, himnos y canciones religiosas.


Que vuestra conversación sea siempre agradable, sazonada con la sal de la gracia, sabiendo cómo debéis responder a cada uno.