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Lucas 8:27 - Biblia Martin Nieto

Al desembarcar, les salió al encuentro un hombre de la ciudad, poseído por demonios; desde hacía mucho tiempo andaba desnudo y no vivía en ninguna casa, sino en el cementerio.

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Biblia Reina Valera 1960

Al llegar él a tierra, vino a su encuentro un hombre de la ciudad, endemoniado desde hacía mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba en casa, sino en los sepulcros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Mientras Jesús bajaba de la barca, un hombre que estaba poseído por demonios salió a su encuentro. Por mucho tiempo, había estado desnudo y sin hogar, y vivía entre las tumbas en las afueras de la ciudad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Acababa Jesús de desembarcar, cuando vino a su encuentro un hombre de la ciudad que estaba poseído por demonios. Desde hacía mucho tiempo no se vestía ni vivía en casa alguna, sino que habitaba en las tumbas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y al llegar a tierra, salió al encuentro cierto varón de la ciudad que tenía demonios,° y desde hacía mucho tiempo no se ponía vestido° ni vivía en casas, sino entre los sepulcros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Apenas él saltó a tierra, le salió al encuentro, procedente de la ciudad, un hombre que estaba poseído por demonios y que desde hacía bastante tiempo no se cubría con ningún vestido ni vivía en casa alguna, sino en los sepulcros.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y llegando Él a tierra, le salió al encuentro un hombre de la ciudad que tenía demonios por ya mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba en casa, sino en los sepulcros.

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Lucas 8:27
8 Tagairtí Cros  

habitando en sepulcros, pasando la noche en rincones secretos, comiendo carne de cerdo, echando en sus platos carne inmunda


El que toque en el campo un hombre muerto por la espada o un muerto cualquiera, o huesos humanos, quedará impuro durante siete días.


Su fama se extendió por toda Siria. Le traían todos los que se sentían mal, aquejados de diversas enfermedades y sufrimientos, endemoniados, lunáticos y paralíticos, y los curaba.


Al llegar a Jesús y ver sentado, vestido y en su sano juicio al endemoniado que había tenido la legión, se llenaron de miedo.


Tomaron tierra en la región de los gerasenos, frente a Galilea.


Al ver a Jesús, se puso a gritar y se postró ante él diciendo a voces: '¡Déjame en paz, Jesús, hijo del Dios altísimo! Te ruego que no me atormentes'.


Allí se despojó también él de sus vestidos y profetizó en presencia de Samuel; después cayó desnudo en tierra y estuvo así todo el día y toda la noche. De ahí viene el dicho: '¿También Saúl entre los profetas?'.