y diciendo: ¡Quédate ahí, no te me acerques, porque te santificaría! Todos ellos son humo en mi nariz, fuego que arde sin cesar.
Lucas 5:30 - Biblia Martin Nieto Los fariseos y los maestros de la ley murmuraban diciendo a sus discípulos: '¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores?'. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores? Biblia Nueva Traducción Viviente Así que los fariseos y los maestros de la ley religiosa les reclamaron severamente a los discípulos de Jesús diciéndoles: «¿Por qué comen y beben con semejante escoria?». Biblia Católica (Latinoamericana) Al ver esto, los fariseos y los maestros de la Ley que eran amigos suyos expresaban su descontento en medio de los discípulos de Jesús: '¿Cómo es que ustedes comen y beben con los cobradores de impuestos y con personas malas?' La Biblia Textual 3a Edicion Y los fariseos y sus escribas murmuraban contra sus discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores?° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los fariseos y sus escribas murmuraban y decían a los discípulos: '¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los escribas y los fariseos murmuraban contra sus discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores? |
y diciendo: ¡Quédate ahí, no te me acerques, porque te santificaría! Todos ellos son humo en mi nariz, fuego que arde sin cesar.
Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tendréis? ¿No hacen eso mismo los publicanos?
Los fariseos, al verlo, decían a los discípulos: '¿Por qué vuestro maestro come con los publicanos y pecadores?'.
Los maestros de la ley y los fariseos, al verlo comiendo con los pecadores y publicanos, decían a sus discípulos: '¿Por qué come con publicanos y pecadores?'.
Porque los fariseos y todos los judíos, siguiendo la tradición de sus mayores, no se ponen a comer sin haberse lavado cuidadosamente las manos;
El fariseo, de pie, hacía en su interior esta oración: Dios mío, te doy gracias porque no soy como el resto de los hombres: ladrones, injustos, adúlteros, ni como ese publicano;
Al ver esto, todos murmuraban y decían: 'Se ha hospedado en casa de un pecador'.
Un día Jesús estaba enseñando. Estaban presentes unos fariseos y unos maestros de la ley que habían venido de todas las aldeas de Galilea y de Judea y de Jerusalén. Jesús hacía curaciones con el poder del Señor.
Los maestros de la ley y los fariseos se dijeron: '¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?'.
Ha venido el hijo del hombre, que come y bebe, y decís: Éste es un comilón y un borracho.
El fariseo que le había invitado, al verlo, se decía: 'Si éste fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que lo toca. ¡Una pecadora!'.
Se produjo un gran alboroto. Algunos maestros de la ley de la parte de los fariseos se levantaron y afirmaron enérgicamente: 'Nosotros no encontramos nada malo en este hombre. ¿Y si le ha hablado un espíritu o un ángel?'.