Daniel se distinguía entre los ministros y los sátrapas por estar dotado de un espíritu superior, tanto que el rey pensaba darle una autoridad sobre todo el reino.
Lucas 23:14 - Biblia Martin Nieto 'Me habéis traído a este hombre como alborotador del pueblo; yo lo he interrogado delante de vosotros y no lo he encontrado culpable de las cosas de que lo acusáis. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 les dijo: Me habéis presentado a este como un hombre que perturba al pueblo; pero habiéndole interrogado yo delante de vosotros, no he hallado en este hombre delito alguno de aquellos de que le acusáis. Biblia Nueva Traducción Viviente y anunció su veredicto: «Me trajeron a este hombre porque lo acusan de encabezar una revuelta. Detenidamente lo he examinado al respecto en presencia de ustedes y lo encuentro inocente. Biblia Católica (Latinoamericana) y les dijo: 'Ustedes han traído ante mí a este hombre acusándolo de sublevar al pueblo. Pero después de interrogarlo en presencia de ustedes no he podido comprobar ninguno de los cargos que le hacen. La Biblia Textual 3a Edicion les dijo: Me presentasteis a este hombre como uno que amotina al pueblo, pero he aquí yo, habiéndolo interrogado ante vosotros, ningún delito de los que lo acusáis hallé en este hombre; Biblia Serafín de Ausejo 1975 y les dijo: 'Me habéis traído a este hombre como agitador del pueblo; pero tras haber hecho la investigación delante de vosotros, no he encontrado en él delito alguno de esos de que le acusáis. Biblia Reina Valera Gómez (2023) les dijo: Me habéis presentado a Éste como un hombre que pervierte al pueblo; y he aquí, yo, habiéndole interrogado delante de vosotros, no he hallado en este hombre falta alguna de aquellas cosas de que le acusáis. |
Daniel se distinguía entre los ministros y los sátrapas por estar dotado de un espíritu superior, tanto que el rey pensaba darle una autoridad sobre todo el reino.
Estando en el tribunal, su mujer mandó a decirle: 'No resuelvas nada contra ese justo, porque he sufrido mucho hoy en sueños por causa de él'.
Viendo Pilato que nada conseguía, sino que aumentaba el alboroto, mandó que le trajeran agua y se lavó las manos ante el pueblo, diciendo: 'Soy inocente de esta sangre. ¡Vosotros veréis!'.
'He pecado entregando sangre inocente'. Ellos dijeron: '¿A nosotros qué? ¡Tú verás!'.
El centurión, por su parte, y los que con él estaban custodiando a Jesús, al ver el terremoto y las cosas que ocurrían, tuvieron mucho miedo y decían: 'Verdaderamente éste era hijo de Dios'.
y sin haber encontrado ninguna causa de muerte, le condenaron y pidieron a Pilato que lo matase.
Los judíos de Berea eran más abiertos que los de Tesalónica, y recibieron la palabra con buena disposición, estudiando diariamente las Escrituras para ver si todo era así.
Tal era precisamente el sumo sacerdote que nos convenía: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y elevado más alto que los cielos;