Haré distinción entre mi pueblo y el tuyo. Mañana será este prodigio'.
Lucas 11:20 - Biblia Martin Nieto Pero si yo echo los demonios con el poder de Dios, es señal de que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros. Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, si yo expulso a los demonios por el poder de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado y está entre ustedes. Biblia Católica (Latinoamericana) En cambio, si echo los demonios con el dedo de Dios, comprendan que el Reino de Dios ha llegado a ustedes. La Biblia Textual 3a Edicion Pero, si con el dedo de Dios echo fuera los demonios, entonces ha llegado° a vosotros el reino de Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero si yo expulso los demonios por el dedo de Dios, es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero si yo por el dedo de Dios echo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros. |
Haré distinción entre mi pueblo y el tuyo. Mañana será este prodigio'.
En los días de estos reyes, el Dios del cielo hará surgir un imperio que jamás será destruido y cuya soberanía no pasará a otro pueblo. Pulverizará y aniquilará a todos estos imperios, mientras que él subsistirá eternamente,
Pero si echo los demonios con el Espíritu de Dios, es señal de que ha llegado a vosotros el reino de Dios.
Su fama se extendió por toda Siria. Le traían todos los que se sentían mal, aquejados de diversas enfermedades y sufrimientos, endemoniados, lunáticos y paralíticos, y los curaba.
Hasta el polvo de vuestro pueblo que se nos pegó a los pies nos lo sacudimos.
curad a los enfermos que haya y decidles: El reino de Dios está cerca de vosotros.
Cuando un hombre fuerte y armado guarda su palacio, está segura su hacienda.
Yo sé que todos vosotros, entre los que he pasado predicando el reino, no me volveréis a ver.
Esto es una manifestación del justo juicio de Dios, para haceros así dignos de su reino, por el cual padecéis.